Klak, exjugador ucraniano del Bergantiños Fútbol Club: «Si tengo que ir al ejército, no lo dudaré. Defenderé a Ucrania siempre»

Melissa Rodríguez
Melissa Rodríguez CARBALLO / LA VOZ

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El futbolista de 25 años describe la situación que vive el país desde su casa en Krémenets, Ternópil: «No hay dinero en los cajeros de los bancos»

25 feb 2022 . Actualizado a las 00:34 h.

Aleksey Klak tiene 25 años y vive en Krémenets, en la provincia de Ternópil, Ucrania. A principios del 2020 formó parte de la plantilla del Bergantiños Fútbol Club de Carballo, en la que fue su primera y única experiencia en España. Desde su vivienda, situada en la parte oeste del país y más cerca del territorio vecino de Polonia que de Kiev, la capital ucraniana (a unos 300 kilómetros), relata la situación que vive desde que las tropas de Rusia invadieron en la madrugada de este jueves varias ciudades para declarar la guerra.

 «Estoy bien, en casa, con mis padres», comienza explicando. «Esta noche me desperté por el sonido de los aviones y los bombardeos. El más cercano fue a 60 kilómetros», añade. Dentro del temor extendido entre la población debido a los numerosos ataques, el joven dice estar tranquilo, dentro de lo que cabe, y trata de mantener la mente en positivo, ya que comenta que en su zona, un pueblo que compara con el de la capital de Bergantiños, «está la cosa más tranquila».

Desde el pasado año, dirige su propia escuela de fútbol para niños y niñas, a la vez que practica este deporte a nivel aficionado, aunque en estos momentos, toda la actividad está parada debido al estado de excepción, cuenta. «Mis padres tampoco han ido a trabajar. Solo funcionan las farmacias, los supermercados y las gasolineras, aunque están desabastecidos, ya que la gente se ha lanzado a comprar provisiones. Tampoco hay dinero en los cajeros de los bancos. Las colas son kilométricas para escapar de Ucrania. Hay mucho pánico», asegura. En el caso de su familia, comenta que, por el momento, permanecerán en su hogar, con alimentos suficientes para ir tirando: «No puedes ir a ningún sitio», añade.

Klak lleva toda la mañana pendiente de las noticias a través de la televisión. Desde el salón de estar traslada que «están bombardeando cerca de Kiev» y que «si las explosiones no cesan, a partir de mañana Ucrania movilizará gente para el ejército». Él lo tiene claro: «Si tengo que ir, no lo dudaré. Defenderé a Ucrania siempre». Confiesa que la invasión ha pillado por sorpresa a la sociedad ucraniana: «Hace unos veinte días nos decían que esto iba a pasar, pero no nos lo creíamos debido a la cercanía geográfica entre Ucrania y Rusia».

Aleksey dice guardar un sentimiento muy profundo sobre su paso por Galicia pese a ser una experiencia muy corta debido a la llegada de la pandemia: «¡Son los mejores recuerdos de mi vida! España tiene un nivel de vida más alto que Ucrania, donde la gente joven vive bien, pero en el que a las personas mayores, con pensiones bajas, les cuesta, porque a raíz del covid ha subido todo: la luz, el agua...». Llegó al estadio de As Eiroas en el mercado invernal del 2020 y, en marzo, la competición se suspendió a causa del virus.