Pero, ¿qué provoca en el organismo? Los especialistas coinciden en indicar que forma parte del proceso que se denomina «de vuelta a la calma» y que se recomienda a todos los deportistas, tanto en competición, como después de un entrenamiento. A nivel médico, dicha actividad ayuda a «reducir la temperatura corporal, metabolizar los elementos que se han liberado con el proceso del ejercicio como el ácido láctico, reducir el PH sanguíneo y reponer rápidamente las reservas de elementos energéticos», analiza Manonelles.
El ácido láctico juega un papel fundamental en el estado físico. «Durante el esfuerzo se van acumulando sustancias de deshecho, entre ellas el lactato. Una vez que concluye la práctica, es importante eliminarlo para conseguir recuperarse, por eso hace bici», analiza Carlos Coira, preparador físico de la Federación Gallega de Tenis. El ácido láctico está directamente relacionado con la fatiga. «Nadal regula muy bien el tema de los descansos. Apura hasta el final el saque, entre otras cosas, para que el cuerpo vaya reabsorbiendo el lactato que va produciendo», afirma Coira. Y es que «si el cuerpo produce más del que es capaz de eliminar, llega el cansancio y, a su vez, afecta también al metabolismo del calcio, que le puede llevar a sufrir contracturas o calambres», afirma Carlos Coira.