Diego Vallejo y Eduardo Iglesias, pleno gallego en el Dakar: «Era como Mad Max»

DEPORTES

Los dos deportistas gallegos que tomaron la salida en Yeda cruzaron la meta en la misma ciudad árabe tras superar sendas odiseas

16 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia hizo pleno en el Dakar más truculento de los últimos años. Pero por mucho punto de paso que oculten o trampas de navegación que pongan en pleno recorrido, no hay incidente que pueda con los gallegos que participaron en el raid más duro del mundo, recién terminado. Da igual que sea un vuelco, una caída espectacular o un inoportuno río en pleno desierto árabe. Diego Vallejo y Eduardo Iglesias ya celebran otro Dakar finalizado. Y, como las anteriores, será una edición que no olvidarán.

Para el copiloto lucense (que acompañó a Óscar Fuertes en el Astara Team), fue su sexta presencia. «Siempre es importante. Estoy orgulloso. Se lo dediqué a mi padre. Espero que lo esté disfrutando desde ahí arriba», reflexionó. Firmó un 34.º puesto. «Teníamos el objetivo de meternos entre los veinte primeros, e íbamos por buen camino, pero tras el vuelco cambiamos de plan, porque era imposible. Aun así, llegamos a estar vigesimoterceros», cuenta.

Ese vuelco que menciona fue el de la octava etapa. «Después del golpetazo, parecíamos de Mad Max, porque se nos caían las puertas, el parabrisas... Hicimos reparaciones de emergencia. Mi hermano Sergio siguió el Dakar en el coche de la prensa y, como es buen mecánico, en cuanto tuve cobertura de móvil le llamé y me fue guiando por teléfono para repararlo. Hasta fuimos de noche, con las luces medio rotas, que apenas iluminaban más que dos velas. Fue un momento muy duro, pero que lo recuerdas positivamente, porque lo superaste», resume. «Por si fuera poco, nos caímos en un río, porque nos indicaron mal unos fotógrafos y un miembro de la organización. Nos sacaron tirando de nosotros....», añade para completar sus vivencias en la carrera.

De la misma manera, el motociclista de Monforte Eduardo Iglesias (Team Monforte Rally Galicia Calidade) estaba contento por haber terminado (78.º). «Acabar tres de tres en motos es muy complicado», resaltaba. Sobre todo, porque empezó del peor modo, con una dura caída, tras la que remontó cuarenta posiciones en la general.

«En la primera especial sufrí un fuerte accidente y, aunque el airbag funcionó bien, al impactar contra el suelo, pensé que ahí se acabaría mi Dakar. Quedé bastante tocado y me costó mucho acabar esa especial. Encima, fue el día en el que todos los pilotos se perdieron en el waypoint, así que me retrasé una hora a mayores. Estuve varios días mal físicamente», explica.

«No mejoré la clasificación del 2021, pero estoy muy contento con el incremento del ritmo respecto a ediciones anteriores, me sentí con más soltura, aunque este año como hubo mucho más nivel en la categoría de motos no se ve reflejado en la clasificación», analiza. «Este Dakar no me benefició mucho, porque era más de velocidad que de técnica y mi perfil es justo el contrario, porque vengo del enduro», apunta.

«Me marcaron un poco los accidentes de otros compañeros. Te hacen pensar. La penúltima etapa fue un poco compleja, me quedé enganchado con la moto encima de una pierna en una duna. Me agobié y perdí tiempo. Tuve que obligarme a pensar que solo faltaban dos días. A ver si la iba a fastidiar faltando tan poco. Había tormenta de arena y vi peligrar el trabajo de todo el año», cuenta.

Otro de los momentos inolvidables fue el extravío masivo de los pilotos en la primera etapa, en la que Sainz perdió todas sus opciones de victoria. «Debíamos de estar cuarenta motos y los Audi dando vueltas. Entre los españoles comentamos que a ver si alguno acertaba con la ruta y le seguíamos los demás. Y pensábamos: ‘A ver si Carlos Sainz o alguno de estos’... y ya ves», relata Eduardo Iglesias. 

El otro equipo gallego se quedó en la línea de salida por problemas entre el espónsor y el equipo

Uno de los proyectos más ilusionantes entre los que se presentaban en Yeda recién estrenado el año 2022 era el que integraba en el equipo Sodicars Racing al piloto vigués Yago de Prado y al copiloto Álvaro Moya, hijo de Luis, el bicampeón mundial de ralis junto a Carlos Sainz.

El Chevrolet v8 de 360 cv no llegó a tomar la salida por desavenencias entre el espónsor y el equipo que explotaron a apenas unas horas del pistoletazo inicial, dando al traste con las aspiraciones del que sería el tercer conjunto con tintes gallegos en el raid más duro del mundo.

Arabia Saudí volverá a acoger el Dakar el próximo año, de modo en apenas unos meses los gallegos volverán a trabajar o para garantizar su presencia en la prueba, comenzando con la financiación. La burocracia es uno de los aspectos que roba más tiempo a los participantes, por encima incluso de la logística propiamente deportiva.

El final de la experiencia se culminó con 286 kilómetros de enlace, vuelos interminables con destino España y el traslado de los vehículos en el barco especialmente fletado para ello desde Arabia.