Más complicado parece que lo tendrá Simeone para poder alistar a Luis Suárez, que tuvo que abandonar el encuentro ante el Oporto a los 13 minutos de juego por unas molestias musculares y eso casi siempre acarrea como mínimo dos semanas en el dique seco. El uruguayo se marchó del terreno de juego muy contrariado y, ya en el banquillo de Do Dragao, se le saltaron las lágrimas.
Este jueves, Suárez se ejercitó en el gimnasio de la Ciudad Deportiva de Majadahonda y antes charló con su entrenador, preocupado por la salud de una de sus figuras. Más tarde, el Pistolero pasó pruebas radiológicas en la Clínica Universidad de Navarra que descartaron que sufra una rotura, por lo que no está descartado para el derbi, aunque se presencia en el Bernabéu se antoja muy complicada. Además, el siguiente compromiso del Atlético será nada menos que ante el Sevilla en el Sánchez-Pizjuán.