Ryan Babel: «Consideraría volver al Deportivo en un futuro cercano»

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El jugador holandés ha publicado su primer álbum de rap, una autobiografía de su carrera en la que habla del club blanquiazul

24 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Resurrección. Eso es lo que representó el Deportivo en la vida de Ryan Babel (Ámsterdam, 1986). Y así lo hace saber en su reciente álbum, una autobiografía cantada al ritmo de rap. En una pista llamada Resurrection, repasa su tiempo en A Coruña. Unos meses que se le hicieron cortos, pero que le sirvieron para volver a la élite del fútbol. Y para cambiar las tierras gallegas por las turcas. Todavía sigue en ellas, pero ahora en el rival del Besiktas, el primero que le acogió. Le queda un año de contrato en el Galatasaray, y reconoce que su futuro todavía está por decidirse. Ataviado con camiseta naranja, un guiño a su club y su selección, Ryan Babel explica el porqué de este disco y recapitula su experiencia en el Deportivo.

—Muchos futbolistas escriben una autobiografía, pero usted ha creado un álbum. ¿De dónde aparece la idea de hacer algo tan original?

—La idea comenzó cuando nos confinaron por primera vez, casi hace dos años. Me contactó un periodista holandés, y me comentó si quería comenzar la aventura de escribir un libro. Le pregunté en qué consistiría ese camino. Me dijo que quería venir a mi casa, pasar tiempo juntos, hablar de muchos temas… Sentí que no estaba preparado para hacer eso. No quería tampoco a nadie en mi espacio privado. Educadamente le dije que no, pero la idea me inspiró a ir al estudio. Como estábamos confinados, no teníamos nada que hacer. En aquella época jugaba en el Ajax, así que vivía en Ámsterdam. Todos mis amigos de la música estaban allí, así que llamé a algunos para contarles la idea. Quería contar mi historia, no a través de un libro, sino a través de la música. Me ayudaron con todo este concepto, y creo que el resultado final está muy bien.

—¿Cómo está siendo la acogida del público hasta el momento?

—Hasta el momento, muy bien. El único problema es que el álbum está en holandés, y hay mucha gente de fuera que no lo entiende. Pero he publicado el álbum en YouTube con subtítulos en inglés. Así la gente que entienda el idioma podrá escucharlo y conocer mi historia. Soy consciente de que voy a perder una gran parte de la audiencia que no hable holandés y no entienda lo que digo. 

—Crea y canta las canciones, pero no siempre aparece en el videoclip. ¿Por qué?

—En algunos sí aparezco. El primero que publiqué fue el pasado abril. Era un momento complicado. Nos jugábamos el título con el Galatasaray, como equipo fue un tiempo difícil. Además, estaba intentado ir seleccionado para la Eurocopa. Así que no quería que los medios y los seguidores del fútbol tuviesen la idea de que no estaba concentrado en el fútbol en ese momento tan importante. La música ya estaba hecha de antes, y quise asegurarme de que no partipase mucho. Pero en el segundo y tercer vídeo, sí que aparezco en ellos.

—En Open Letter habla sobre relaciones difíciles con Van Gaal o Rafa Benítez. ¿Este disco le ha servido de catarsis?

—Sí, creo que sí. La frustración de un futbolista es que en una entrevista no puede decir lo que quiere de verdad. Siempre tiene que ser políticamente correcto, así que a veces es muy frustrante. Porque quieres ser honesto y expresar tus sentimientos. Hoy en día, cada cosa que digas en el mal sentido, por muy pequeña que sea, te puede meter en problemas. A través de la música sentí que tenía más libertad para decir lo que quería de forma creativa. La gente se lo tomará como arte, como música. Por supuesto que Open Letter ha ocupado muchos titulares, porque fui muy sincero. Estaba involucrando a muchas personas, pero si de verdad se desintegra la canción y se escucha cada frase que digo, se puede ver que es una experiencia que he vivido, que tiene un sentido, y que lo estoy contando abiertamente.

 —Dice que es un disco muy auténtico, muy real. ¿Ha sido su educación o su disciplina deportiva el motivo de ello?

—No sé si es el motivo, pero en una autobiografía es donde se ve a los futbolistas ser más honestos. Comparten la verdad de su carrera, comparten secretos de los que no han hablado. Quería que el concepto se mantuviese. Iba a contar historias, compartir cosas que la gente no sabía, o que desconocía cómo me sentía yo. Quería estar seguro de que iba a ser honesto y compartir mis historias. 

—¿De dónde le viene su pasión por la música?

—En realidad, la música siempre ha sido parte de mi vida. La gente me conoce por ser un futbolista, pero antes de serlo tenía una vida. Y en ella ya estaba involucrado en la música. Empecé en las bandas del colegio, en la clase de música. Estaba muy adelantado en ellas. Fuera del colegio, teníamos excursiones en las que podíamos involucrarnos con muchos tipos de chicos y tocar juntos diferentes músicas. La música fue siempre algo que fui capaz de hacer. Un tiempo después, intenté encontrar una balanza para compaginarla con el fútbol, sin que perjudicase mi carrera. Siempre ha sido una parte de mí.

—Cuando era joven, quiso dedicarse a la música y al fútbol, pero la opinión mediática le echó para atrás. ¿Se arrepiente de no haberlo intentado antes?

—Sí, fue desafortunado que se crease esa imagen negativa, que la gente pensase que estaba demasiado concentrado en la música y que me perjudicaría en el fútbol. En realidad, solamente participaba en aspectos relacionados con la música en mis vacaciones o en mis días libres. Es muy fácil hacer informaciones falsas, y que la opinión pública se las crea. Pensé que, para mi propia protección, era mejor lanzar un mensaje diciendo que iba a dejar la música. Al final del día, aunque yo estuviese bien, iban a decir de mí que no lo estaba. No quería dar la imagen de no estar al cien por cien centrado en ser un futbolista.

—Pero hace 12 años creó una empresa de representación musical.

—Los futbolistas también somos humanos. Tenemos, además del fútbol, hobbies. A uno le gusta ir de compras, a otro salir de fiesta, a otro jugar con la PlayStation todo el día… Y a mí me gusta la música. Es un hobby. La compañía musical que creé fue una forma de estar en el mundo de la música, pero desde otra perspectiva. Desde atrás. La gente no puede ver exactamente qué hago. Tengo un equipo detrás que me asiste. Una empresa necesita atención, y yo no estoy todo el día con ello. Simplemente chequeo que todo está bien, de vez en cuando tengo reuniones, me centro en algunos artistas… He aprendido mucho de esta industria en los últimos años, he conocido muchos artistas y personas, sobre todo en América. Ha sido un gran camino, y todavía estoy intentado ver qué hay ahí fuera y qué oportunidades tengo para que la empresa siga creciendo.

—Su álbum se llama The Autobiography - Chapter 1. Intuyo que tiene en mente un segundo disco.

—Sí. He dejado el álbum con un final abierto, pensando que potencialmente se podría hacer otro. Profundizar más en ciertas historias, en mi primer álbum tampoco he contado todo. Definitivamente hay más que contar. Más cosas sobre ciertos momentos de mi carrera, situaciones, entrenadores, jugadores… Creo que es algo especial para contar.

—Hablemos un poco de fútbol. Ha jugado en el Ajax en tres etapas. ¿Es el club de su vida? ¿Le gustaría retirarse ahí?

—Creo que ahora mismo no es lo más realista. No creo que sea lo suficientemente interesante para ellos para que me den una nueva oportunidad de regresar… como jugador. Es mi primer equipo, y  siempre lo será.

—Dice que no como futbolista, ¿pero ayudando en algún aspecto del club?

—Ahora mismo no tengo ningún plan, pero siempre tienes que dejar la puerta un poco abierta. Nunca sabemos cómo será el futuro, así que siempre hay que mantener una buena relación. No solamente con el Ajax. Aunque solo estuve unos meses, la verdad es que guardo muy buenos recuerdos en el Deportivo. Conocí a gente increíble allí. Definitivamente quiero ver qué opciones hay, en un futuro, para devolverle el favor al Deportivo.

—2.502 días después de su último gol con el Ajax, volvió a anotar con la camiseta del equipo holandés. ¿Qué sintió en ese momento?

—Fue muy especial, por supuesto. El Ajax siempre ha sido mi equipo soñado de la infancia. Conseguir jugar allí, la primera vez, fue tan especial… Pero cuando sabes que te aprecian tanto que puedes volver otras dos veces más a jugar, es algo muy satisfactorio para mis sentimientos. Es una demostración del aprecio que me tienen. Llevar a un jugador mayor no siempre es fácil o habitual, estoy muy agradecido.

—No pudo disfrutar mucho su cesión, el coronavirus paró la competición…

—Creo que estuve algo menos de tres meses. Solo jugué 8 o 9 partidos. Me uní en enero, y en marzo, por el coronavirus, la liga terminó. Fue muy desafortunado, un período de tiempo muy corto y difícil. Como equipo, nos estaba costando. Y a mí, como jugador, también. Pero al mismo tiempo estuvo muy bien volver, regresar a Ámsterdam, mi ciudad, y estar cerca de mi gente. 

—Tras hacerlo muy bien en su primera etapa en Holanda, le ficha el Liverpool. Muy joven y con un futuro. ¿Podría hablarme de la relación con Rafa Benítez? ¿Lastra su progresión?

—Definitivamente me influyó en mi desarrollo. Mucha gente se olvida de que tenía 20 años cuando me uní al Liverpool. Es una gran cambio, irte de Holanda a Inglaterra. Fue mi primera vez viviendo solo, necesitaba mucha adaptación. ¿Qué significa eso? Que necesita un guía, gente que me ayudase. Tenía ayuda fuera del fútbol, en mi vida privada, pero no tenía mucha dentro del fútbol por parte del cuerpo técnico. Hoy en día, en muchos equipos, los entrenadores ayudan a los jugadores a adaptarse, les dan tiempo para que desbloqueen su potencial. Sentí en ese momento que no tenía la ayuda que hubiera sido tan necesaria para desarrollar mi potencial. Como un jugador joven, cometí muchos errores, y fui juzgado por ello. Eso afectó tanto a mi confianza como a mi carrera en el Liverpool, fue muy desafortunado. A pesar de todo tengo buenos recuerdos. Conocí a gente maravillosa con la que mantengo el contacto, tengo una buena relación con el club y los fans. Además, soy un gran aficionado. Estoy muy orgulloso de todo lo que han logrado estos últimos años.

—Si no hubiera sido por Benítez, ¿habría tenido más recorrido con los reds?

—Creo que sí. Como jugador, eres feliz cuando las cosas van bien. Si las cosas no van bien, da igual que juegues para los equipos más importantes. Si no eres feliz, buscarás esa felicidad que te falta, y eso muchas veces te lleva a buscar otro equipo. Por ciertas circunstancias, en mis últimos años allí era más infeliz que feliz. No tenía muchos minutos, y existía la presión de estar con Holanda. El seleccionador me decía que, sino jugaba, no me llamaría. Todos esos detalles me llevaron a tomar la decisión de marchame a un equipo en el que tuviera más minutos.

—¿Le apoyaron sus compañeros?

—No, no necesariamente. Cada jugador se centra en sí mismo. A veces sí que sientes el apoyo, pero ellos tampoco pueden ayudar mucho. Te pueden dar algún cumplido, pero eso no cambia las cosas. Fue un tiempo complicado, los jugadores estaban centrados en sus carreras. No les culpo, las cosas son como son.

—En el 2016 se desvincula del Al-Ain de Emiratos Árabes Unidos, y termina en el Deportivo. ¿Cómo recuerda su etapa en A Coruña? ¿Hay algo de lo que se arrepienta?

—No me arrepiento de nada. Primero de todo, no puedo expresar mi gratitud por el club, por su gente, y por quienes me dieron la oportunidad de estar en un equipo como este. Le dieron vida a mi carrera otra vez. El grupo de jugadores que había por aquel entonces era muy divertido. Todo el mundo me ayudó a volver a jugar. A pesar de que fuese un período de tiempo tan corto, tengo grandes recuerdos. Estuve muy feliz de poder marcar algunos goles en Riazor y de hacer a la gente feliz. Me fui con pena en mi corazón.

—Como dice, esos meses en A Coruña le dieron vida a su carrera. Pudo quedarse, pero finalmente puso rumbo al Besiktas. ¿Qué le llevó a tomar esa decisión?

—Me hubiera gustado quedarme, pero fueron unos momentos raros para mí. Tenía el deseo, la ambición, de llegar a lo más alto posible, y tuve la oportunidad de poder jugar la Champions con un equipo. Todo jugador quiere disputar esa competición. De ahí vino mi decisión de marcharme. Pero como dije antes, ahora estoy en un momento diferente de mi carrera, si puede tener sentido en un futuro cercano volver al club, definitivamente lo consideraría.

—No estaba en la mejor forma física cuando llegó. ¿Cómo gestionó la vuelta a la élite tras un período de inactividad?

—El cuerpo técnico me ayudó a ganar forma física, a que me volviese a apasionar por el fútbol. Entrenaba dos veces al día, a veces incluso tres. Me apoyaron, me guiaron con la comida, se aseguraban de que no comiese mal y que me pusiese en forma lo antes posible. Los doctores me chequeaban y me aconsejaban constantemente todos los días para hacer frente a ciertas cosas… Me empujé a mi mismo. Me establecieron un plan pero, por las dificultades del equipo, el entrenador me dijo que debutaría antes de lo previsto, que me necesitaban. Era un riesgo, pero al final fui capaz. El jugar partidos también me ayudó a recuperarme antes.

—¿Hay alguien en concreto con el que guarde buenos momentos?

—No solamente una persona, sentí que fue todo el grupo. Me he olvidado de algunos nombres... pero los fisios, entrenadores, trabajadores, jugadores, etc. Hacíamos muchas cosas fuera del fútbol, cenábamos juntos, charlábamos, me enseñaban español… Además me gustó mucho la ciudad. Es pequeña, pero muy bonita. Cada día intentaba explorar un poco, fue muy divertido.

—Lo hizo tan bien que volvió con la selección holandesa. Incluso marca un doblete en la fase de clasificación para la Eurocopa 2020. ¿Cómo sintió ese regreso?

—Fue increíble. Fue todo muy rápido. Después de jugar con el Deportivo, me vine a Turquía y jugué competición europea. Me llamaron de la selección, y fue increíble. Me dio mucha satisfacción regresar a un alto nivel al que aspiras como futbolista. Estaba muy orgulloso por volver y jugar.