Óscar Husillos: «El principal rival eres tú mismo»

DEPORTES

El atleta tuvo que ir al psicólogo tras participar en los Juegos Olímpicos de Tokio

06 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha competido en Mundiales y Europeos, pero los de Tokio fueron los primeros Juegos Olímpicos de Óscar Husillos (Astudillo, Palencia, 1993). El atleta de 400 metros lisos tiene en la pista cubierta su mejor aliada. En el Campeonato de Europa celebrado en Torun (Polonia), se hizo grande. Un oro y una gran marca que hacían presagiar una buena temporada. Tokio era la siguiente parada en su viaje, y no pensaba en otra cosa que en el billete para la final. Pero la historia no se escribió en letras doradas.

El palentino será uno de los invitados de lujo en el Palacio de los Deportes el próximo domingo 12. Durante el partido del Leyma Basquet Coruña, tendá lugar una exhibición de velocistas.

—Cuarenta y ocho segundos, y cinco centésimas. Finaliza penúltimo, y no accede a la final del 400. ¿Qué cree que le sucedió en esos últimos 160 metros de carrera?

—No sé exactamente lo que llegó a pasar. Estuve hablando con los médicos de allí, con los míos, entrenadores y mánager… Creo que me dio un corte de digestión o un pequeño golpe de calor. Las temperaturas eran muy elevadas, aun siendo pronto por la mañana allí. Ese día fue uno de los que más calor hizo. Creo que tuve demasiada obsesión por el tema de la hidratación, y estar bebiendo líquidos, por el simple hecho de no estar pensando en una lesión. Hacía mucho calor, mucha humedad. Cada dos minutos estaba con una toalla con hielo para quitarme el sudor… Se juntaron un montón de aspectos.

—¿Qué se le pasó por la cabeza cuando cruzó la línea de meta?

—Pensé que era una decepción, que, con lo que me había entrenado y sufrido para llegar ahí, no me merecía eso que me había pasado, llegaba en un buen estado de forma. Con las marcas que entraron en la final, sé que lo podría haber hecho. Hay que pensar en positivo.

—Lo ve como una decepción, pero estar en unos Juegos Olímpicos ya es un logro.

—Ir te hace muchísima ilusión. En mi caso, piensas que es un trabajo, y mi obligación como tal, después de lo bien que iba la temporada, era estar ahí. Quieres hacerlo bien, pero me salió como me salió. Es lo que me tocó. Hubo días que lo pasé mal.

—Luis Ángel Caballero es su entrenador de toda la vida. ¿Qué le dijo tras la carrera?

—Que no pasaba nada, que había que seguir así. Son cosas que pasan, es lo que nos ha tocado. La carrera del deportista tiene sus buenos y malos momentos. Me ha tocado vivir esto, como a muchos otros atletas les habrá tocado en otros momentos. Hay que levantarse y seguir para delante.

—En Tokio compartió habitación con Adrián Ben. El gallego se metió en la final olímpica. ¿Cómo gestionó esa situación?

—Me alegré muchísimo por él y por sus éxitos. Él me animó cuando lo hice mal, y yo le intenté ayudar en todo lo que pude para que descansase mejor, para que se entrenase mejor… Si me tenía que salir de la habitación para que durmiera un rato o que prefería estar solo, lo hacía. Es la convivencia que tenemos entre deportistas, y más entre amigos. Lo disfruté mucho. Ambos aprendimos uno del otro. Aún llevándonos bien, y conociéndonos, charlábamos mucho. Convivimos día a día, y eso te hace darte cuenta de que no sabes muchas cosas de esas personas. La ayuda era mutua.

—¿Cómo afronta un deportista de alto nivel el fracaso?

—Se puede decir que competimos contra otros compañeros, pero muchas veces el principal rival eres tú mismo contra el cronómetro. Al final siempre buscas auto exigirte más, una marca personal, el mejor puesto en algún campeonato… Si lo haces mal, el principal responsable eres tú. No somos un deporte de equipo, aquí no hay nadie que pueda hacer tu trabajo. Muchas veces nos encontramos solos ante los infortunios, y con la ayuda de entrenadores, médicos, amigos, mánagers, el equipo que te rodea... te hacen más fácil el trabajo.

—¿Tiene psicólogo dentro de ese equipo?

—No. Durante un tiempo estuve yendo al psicólogo para hacer diferentes ejercicios, contarle mi día a día... Te evades un poco. En este caso, el psicólogo deportivo te puede ayudar a mentalizar la carrera, a tener una mentalidad ganadora, a saber cómo afrontar las derrotas. Intentar pensar diferentes puntos de vista o diferentes tipos de carreras.

—En el 2018 logró el oro en el Mundial de Birmingham, pero fue descalificado por pisar la línea. ¿Lo llevó de forma diferente?

—Sí, fue diferente. En ese sentido, el apoyo fue mayor hace 4 años. En los Juegos fue mi fallo, por no correr bien, por decirlo de alguna manera. En el otro, hice una gran carrera. Me empujó a entrenarme más fuerte, a demostrar que no era casualidad.

En corto

—¿París 2024?

—Mi idea es acudir a París, como sea. Está dentro de mis planes. Sobre todo por pensar que los Juegos de Tokio podían haber sido mis Juegos. Como no fueron, ojalá sean los de París.

—¿Competir en pista cubierta o al aire libre?

—Pista cubierta. Tengo mejores resultados, pero año tras año intento mejorar y competir mejor para que se equiparen.

—Ritual previo.

—Correr siempre con mis manguitos y pulseras que me regala mi familia, y estar en la pista dos horas antes.

—Un referente.

—Usain Bolt. No ha habido nadie que le haya hecho sombra durante diez años.

—¿Qué hace en su tiempo libre?

—Intento juntarme con mi familia y con amigos que hace tiempo que no veo.

—¿Qué es lo más importante en su vida?

—Todo el equipo que me rodea: mi familia, pareja, médicos, mánager... Rodearte de gente que te suma es principal en la vida de un deportista.

—Elija compañía para una cena: Anthony Zambrano, Steven Gardiner o Michael Johnson.

—Conozco a Anthony Zambrano personalmente, y he competido contra Steven Gardiner, pero voy a tirar un poco para casa. En esta cena me quedaría con Adrián Ben, que me llevo muy bien con él. O con Ana Peleteiro, que además de ser compañera de marca y mánager nos llevamos muy bien. Prefiero tener a esa gente que conozco mejor y que disfruto con ellos.