La cátedra del niño Gavi

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

Julio Muñoz

El juvenil, de solo 17 años, brillante contra Suecia, es indiscutible para Luis Enrique, con el que ha jugado de titular todos los partidos desde su debut

14 nov 2021 . Actualizado a las 23:50 h.

«Podría ser pronto [su convocatoria con la selección], pero lo que es peligroso es arriesgar con jóvenes que crees que no tienen el nivel necesario y que los expones. Conociéndole, como le conozco desde hace años, y viéndole cómo ha competido cuatro ratitos, no tengo ninguna duda de que va a ser un jugador importante en el Barcelona y la selección». Así justificó Luis Enrique la primera convocatoria de Pablo Martín Páez Gavira (Los Palacios y Villafranca, Sevilla, 2004) hace escasamente un mes. Esos «cuatro ratitos» provocaron una feroz crítica hacia el seleccionador, al considerar buena parte de los grupos de opinión que su llamada era demasiada prematura.

Pero Gavi ha callado bocas. De hecho, ahora mismo, son él y diez más en la selección. Tanto, que al cuarto de hora de partido ya tenía La Cartuja a sus pies: «Gavi, Gavi, Gavi...», se escuchó durante varias fases del encuentro. Luis Enrique, al que le encanta rotar a sus jugadores, tiene al barcelonista como un indiscutible. El fino interior sevillano ha jugado todos los partidos como titular desde que asomó la cabeza por primera vez en Las Rozas. Cuatro de cuatro.

Gavi, con el 9 a la espalda, no demostró su edad. A cualquier crío de 17 años seguramente le hubiera pasado el partido por encima. No es fácil aguantar la presión de todo un país que te exige clasificarte para un Mundial. Pero a él no le temblaron las piernas. Al contrario. Desde el primer minuto tuvo agallas para bajar a pedir el balón, tocar y combinar, romper líneas, distribuir con criterio... En un partido gris, si alguien era capaz de hacer algo diferente, ese era el de Los Palacios y Villafranca. Incluso el gol de España vino gracias a él. Por una arrancada suya, cazando a Suecia a la contra. Hizo el trabajo sucio, carretó el balón y generó el espacio para que Dani Olmo se sacara de la chistera un enorme latigazo del que Morata aprovechó su rechace.

Del instituto a la gloria

«Gavi está jugando como en el patio del colegio», explicaba Luis Enrique tras la exhibición del barcelonista en su debut contra Italia en las semifinales de la Liga de las Naciones. Esa frase del seleccionador, que podría parecer hecha, en este caso es literal. Hace solo cuatro meses, el barcelonista estaba peleando por la Copa de Campeones con el equipo juvenil. Él jugaba con y contra chicos mayores, pero no se le notaba. Era la estrella de aquel Barça que llegó hasta la final en Marbella, aunque caería contra el Deportivo.

A Gavi lo firmó el Barça del Real Betis Balompié con solo diez años tras un torneo en el Algarve. Los verdiblancos, a su vez, se lo habían arrebatado un tiempo atrás al Liara a cambio de un contrato para su padre, Pablo Páez, que pasó de esa forma de ser camarero a trabajar en el mantenimiento de la lavandería del equipo verdiblanco.

No es habitual que el club azulgrana fiche jugadores de fuera tan jóvenes, pero él era la excepción. Había firmado un curso de alevines memorable, con 96 tantos marcados. Se fue solo a Barcelona por petición propia. Sus padres accedieron y disfrutaron desde la distancia de cómo fue siempre por delante de lo que debía hasta su debut con el primer equipo y la selección, hace solo un par de meses. Con 17 años y 62 días se convirtió en el niño más joven en jugar con la absoluta batiendo el récord de Zubieta que se remontaba a 1936.

Gavi ya está aquí, Y ha venido para quedarse.