Carlos Loureiro, exentrenador del equipo femenino del Liceo: «No me voy por una cuestión económica, pero no estaba dispuesto a aceptar que no haya recursos para ellas»

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Alexandre Centeno REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

«Los desplazamientos en avión eran una de las pocas condiciones que pedí cuando fiché», explica sobre los motivos de su dimisión

12 nov 2021 . Actualizado a las 17:37 h.

Veinticuatro horas después de que el Liceo hiciera pública su dimisión, Carlos Loureiro (A Coruña, 1986) acepta hablar. No era algo que estuviera en su cabeza cuando renunció al cargo. Quería pasar inadvertido. Pero el revuelo que ha causado su cese, motivado por la desigualdad que existe entre los equipos de OK Liga masculino y femenino del Liceo, le ha hecho recapacitar.

—Ascendieron tras una temporada brillante, debutaron en la OK Liga con un 5-1 coliderando la clasificación... Y de repente, todo cambia.

—Sí, hace hoy una semana estaba preparando el primer partido de liga y mañana lo tendré que ver como aficionado.

—¿Por qué dimitió? El club lo achaca a que no está de acuerdo con las condiciones de trabajo, ¿pero cuáles son?

—Los desplazamientos en avión eran una de las pocas condiciones que pedí cuando fiché. A nivel personal no puedo salir un viernes por la tarde de mi trabajo y meterme en una furgoneta todo el fin de semana. A nivel deportivo, no son las condiciones óptimas para poder competir. Lo único que quería era que el equipo femenino viajase de la misma forma que el masculino.

—¿De qué forma?

—En un vuelo, pudiendo descansar en el alojamiento, haciendo allí el vídeo, con preparador físico...

—¿El femenino no disfruta de nada de eso?

—No, al viajar en furgoneta los tiempos son los que son, no hay el mismo descanso y no es posible concentrarse como se debería para disputar un partido.

—¿Entonces su adiós no es por una cuestión económica?

—Para nada. Puedo entender perfectamente la situación económica que atraviesa el club, y la prueba es que llevaba desde abril sin cobrar. No tendría problema en continuar así un tiempo más, con lo cual este es el menor de los motivos. Pero a lo que no estaba dispuesto es a aceptar que no haya recursos para ellas.

—La directiva asegura que reparte los recursos en función a lo que genera cada equipo. ¿Cómo recibe eso?

—Dentro de la directiva, tengo que destacar a Emilio Fernández y a José Luis Huelves, a los que solo puedo agradecer el trato recibido. Todo lo que se ha conseguido es gracias a su labor. A ellos dos son a los que realmente les importa el femenino, y estoy seguro de que si solo dependiese de ellos, los recursos sí se repartirían de manera equitativa.

—Sin entrar en las diferencias salariales, ¿le consta que haya impagos entre la plantilla y el cuerpo técnico del masculino?

—Lo desconozco.

—Pero usted y sus jugadoras no pueden dedicarse exclusivamente al hockey.

—No, las jugadoras hacen un esfuerzo titánico para encajar los entrenamientos a sus horarios lectivos y yo tengo mi trabajo ajeno al hockey.

—El club indica que el femenino no genera ingresos, pero lo cierto es que el ascenso a la máxima categoría conlleva una subvención importante. ¿No es suficiente para cubrir los gastos?

—La verdad es que no sé ni cuál es la cantidad ni me interesa, aunque sí que me han dicho que esa subvención se cobra a final de temporada. Pero las cosas se necesitan ahora.

—¿Cómo están sus ánimos y los de las jugadoras?

—Yo fastidiado, porque era algo que me hacía muchísima ilusión y con lo que estaba muy comprometido. Para mí era un sueño cumplido, y sobre todo poder disfrutarlo junto a ellas. Son un auténtico equipazo, personas excepcionales, y se merecen todo el respeto por parte del club.