Jorge Prado no renuncia al Mundial de MXGP tras su brutal caída en Alemania

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El gallego se clavó el manillar en la axila unos quince centímetros y visitará a sus médicos de confianza para saber el tiempo de baja

04 oct 2021 . Actualizado a las 21:51 h.

Una cornada limpia de quince centímetros de profundidad en la axila. Una brutal caída que le afectó notablemente a la sensibilidad de la mano. «Eso no era una buena señal, pero afortunadamente, fue transitorio», apunta Jesús, el padre del piloto lucense Jorge Prado, firme candidato al Mundial de motocrós (MXGP).

El gallego sufrió una espectacular caída en la misma línea de meta del Gran Premio de Alemania cuando se encontraba en el aire tras el salto final, al impactar en lo alto con otro de los candidatos al título mundial, el neerlandés Jeffrey Herlings, con el que se disputaba en la photo finish la victoria de la primera manga.

«Fue un accidente completamente estúpido. Esto tiene un riesgo tremendo, pero intentas mantenerte alejado de los problemas, aunque pueden suceder estas cosas. Realmente, no se puede achacar a nadie. Fue un poco de mala fortuna. Jorge tenía la carrera ganada y no tenía que irse a la derecha, pero la propia rodera lo hizo saltar hacia ese lado, y pensó que Herlings venía más atrás, de modo que saltó relajado, pero Jeffrey también venía embalado. Fue un accidente», reitera.

 

La caravana de Prado se dirigía ayer hacia Bélgica, donde la familia tiene una de sus residencias y donde se encuentran sus médicos de confianza, que le examinarán pormenorizadamente hoy para emitir un diagnóstico e intentar concretar el tiempo de baja deportiva que debe permanecer el piloto de Lugo.

En este sentido, Jesús Prado mantenía un cierto optimismo. «Después de haber pasado por el quirófano para cerrar la herida, Jorge se encuentra bien físicamente, no es una lesión incapacitante e incluso yo diría que si se dedicase a practicar otro deporte podría seguir compitiendo, pero en este caso, al cargar tanto sobre el tren superior, debemos esperar al consejo de los médicos», explica.

El entorno del piloto considera que podría ser precipitado asegurar su presencia en la próxima carrera del Mundial, este fin de semana en Francia. «No tiene muchas molestias, pero al haber sido aplicados puntos internos, sería un verdadero problema si se abren en pleno esfuerzo», corrobora mientras confía en que su hijo pueda realizar una recuperación activa y no una convalecencia inhabilitante.

En cualquier caso, Jorge Prado mantiene intacta su ambición. «No damos por finalizada ni regalada la temporada. Quizás podamos perder una carrera, pero creo que para el Gran Premio de España (el 17 de octubre) podría estar dispuesto a correr. Y tras esa cita queda mucho Mundial (cinco carreras más)», avanza.

«Hay margen de sobra, estamos en plena lucha por el Campeonato del Mundo. Los favoritos están muy apretados en la clasificación, lo que implica que se roban puntos entre ellos. El calendario se alarga y habrá cinco carreras en Italia ya bien entrado el otoño. No sería extraño que lloviese y con lluvia puede pasar de todo. Cualquiera puede pifiarla por motivos diversos: las gafas, el barro, la moto, una salida...», reflexiona.

«No vi cómo caía y me preocupé, porque no tenía ni idea del daño», confiesa su padre

Jesús Prado vio cómo su hijo embocaba el último salto del circuito para entrar en meta volando como ganador de la primera carrera del Gran Premio de Alemania. Y se dio la vuelta para acudir al camión del equipo y esperarle con los brazos abiertos mientras aguardarían juntos el inicio de la segunda tanda.

«Pero Jorge no llegaba y yo no entendía por qué. No sabía que se había caído. Lo había visto saltar cerca de Herlings... Cuando me lo dijeron volví corriendo a la meta y fue un shock: pasé de verlo saltar de alegría a verlo sobre la camilla», explica el progenitor del piloto gallego.

«No vi cómo caía y me preocupé, porque no tenía ni idea del daño que se había hecho y podría haber sufrido cualquier cosa: desde el fémur en el que le introdujeron un hierro el año pasado hasta afectar a un órgano interno porque la caída fue desde una gran altura... estaba realmente preocupado», añade Jesús Prado.

«La perspectiva cambiaba a cada momento. Después fuimos al hospital y cuando parecía que era un pequeño corte, porque desde fuera no se apreciaba bien, pues no era tan pequeño. Fueron dos horas y media de tensa espera, aunque la operación solo duró cuarenta minutos», relata.

«Nos quedamos con la sensación de que está bien, para lo que podría haber sido», concluye.

Recuperación en tiempo récord de las diez anteriores lesiones importantes que sufrió

«Vengo de una lesión mucho peor, esto para mí no es nada».

Lo decía Jorge Prado a mediados del año 2020, tras haberse fracturado la clavícula por cuarta vez en su trayectoria deportiva. Pero, en realidad, parece el karma del piloto lucense, abonado a la resiliencia y protagonista de varias de las recuperaciones más rápidas del deporte internacional.

Una decena de veces el gallego gritó por el dolor en pleno circuito y otras tantas regresó cuando nadie ya contaba con él y con energías renovadas. La última, tras superar en la primavera de este año una dolencia pulmonar derivada de su infección por covid-19.

Antes, Jorge Prado había superado la fractura de los huesos de la mano tras irse al suelo en un entrenamiento, la de la tibia al caerle encima la moto en la final del Europeo del año 2014.

Tras volver a lastimarse la clavícula en un par de ocasiones, fue el codo el lesionado, en el año en el que ganó su primer mundial de MX2, arrasando en el tramo final de la temporada con una aguja insertada en la articulación.

El año 2019 fue especialmente desafortunado para el deportista gallego, ya que primero sufrió una incisión pulmonar en las costillas, con sangre incluida; y después cayó aterrizando sin la moto y se fracturó el fémur, cruzando el hueso unos quince centímetros.

Prado demuestra que no solo los ciclistas están hechos de otra pasta.