España aporta dos líderes a Europa

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MIKE SEGAR

Harrington alimenta las coincidencias de Rahm con Ballesteros para revalidar la Ryder y Sergio García quiere estirar su récord histórico de puntos

22 sep 2021 . Actualizado a las 10:28 h.

Jon Rahm nunca será Seve Ballesteros. Si la premisa se aclara, porque el golf que revolucionó el maestro de Pedreña no es el actual, a partir de ahí afloran puntos en común. En los últimos años 70 y primeros 80 los jugadores europeos sentían un cierto complejo de inferioridad frente a los hegemónicos norteamericanos. En el día a día del PGA Tour y en el duelo bienal de Estados Unidos contra Gran Bretaña primero contra el Viejo Continente después. Con un juego soberbio, pero sobre todo con una ambición y un carisma arrolladores, Seve convenció a todo un continente de que se podía ganar en suelo americano. Al mismo tiempo reinventó la Ryder al abrirla a todos los países de Europa y llevar su sede a Valderrama en 1997. Pero eso ya está contado. En el campo, Rahm puede ser el nuevo Seve, al menos para Padraig Harrington, el capitán del equipo de la bandera azul y las doce estrellas doradas. ¿Puede Rahm actuar como el nuevo Seve?, le preguntaron en una reciente entrevista con ESPN. «Absolutamente. Nadie lo desea más que él y ha jugado de forma increíble durante todo este año. Asume mucho el rol de los grandes golfistas españoles, de ser un Seve». Sergio García, el jugador europeo que ha sumado más puntos en toda la historia de la Ryder Cup (25 y medio en seis participaciones) es el otro líder español en el duelo que comienza el viernes en Whistling Straits (Kohler, Wisconsin). Se quedó fuera por muy poco de la clasificación directa para el equipo este año, pero se consideraba cantada su elección como una de las tres elecciones del capitán. «No solo aporta mucho por sí mismo a la Ryder Cup, como indica su récord de puntos, sino también por lo que da a los demás. Lo he visto durante muchos años», elogió Harrington —que compartió vestuario con García en las ediciones de 1999, 2002, 2004, 2006 y el 2008— cuando anunció sus tres invitaciones.

De París a Wisconsin

Su estatus como número uno mundial hace de Rahm un jugador dominante y la estrella del combinado de Europa, pero convertirse en líder del equipo requiere otros atributos. Que tiene todavía por construir. En su estreno en la Ryder en París, en el 2018, perdió sus dos partidos de fourballs, el viernes junto a Justin Rose cayeron frente a Brooks Koepka y Tony Finau, y el sábado al lado de Ian Poulter sucumbieron ante Justin Thomas y Jordan Spieth. Después, ganó su individual del domingo.

García, que desde su debut en 1999 solo se perdió la Ryder del 2010 cuando se apartó durante unos meses del golf para resetear su mente y su juego, es el tercer jugador con más participaciones. Solo le superan, por una, Nick Faldo y Lee Westwood.

Seve, la motivación de todo el equipo

¿Qué une al equipo europeo? ¿Cómo se genera la química entre jugadores de seis países diferentes frente a un rival habituado a competir siempre bajo la misma bandera? El tema formó parte de la rueda de prensa de los capitanes. Y el europeo, Padraig Harrington, tuvo muy claro qué hace que el Viejo Continente actúe como un auténtico equipo. «Seve. Directamente. Muy claro. Seve. Todo empezó con Seve en los 80. Él presionó para que la Ryder se convirtiera en una competición continental y no solo de Gran Bretaña e Irlanda. Logró así legitimar al circuito europeo y darle un peso», razonó el irlandés, que debutó en la Ryder en 1999. Pero la revolución empezó a finales de los setenta, cuando el combinado británico se abrió al continente en 1979. «Entonces los grandes jugadores de Europa no accedían a los mejores torneos del mundo, y Seve luchó siempre contra eso. Ganar la Ryder Cup quería decir que Europa merecía un sitio en la mesa principal del golf mundial. Si vemos nuestros grandes jugadores de los 80, muchos llegaron por Seve y todos consiguieron llevar a Europa a una mejor posición», insistió junto a Steve Stricker, capitán norteamericano. Y reivindicó el valor del circuito europeo. «Estamos aquí para jugar por el European Tour (...). Gran parte de su futuro depende de cómo lo hagamos en la Ryder Cup», indicó Harrington para prestigiar a jugadores que, con frecuencia, alternan ambos calendarios.