La Ryder Cup y los números engañosos: ¿Es Estados Unidos favorito?

DEPORTES

Adam Hagy

Europa defiende la copa desde el viernes con un equipo otra vez en teoría inferior

21 sep 2021 . Actualizado a las 10:23 h.

Quizá la clave de la historia reciente de la Ryder Cup sea esa. Que el trabajo en equipo funciona mejor cuando no se reúnen en un mismo vestuario demasiados gigantes con sus egos. En ese caso, Estados Unidos estaría perdido en su intento de recuperar a partir del viernes el trofeo que le enfrenta con el combinado europeo, suspendido el pasado otoño por la pandemia. Porque el conjunto norteamericano cuenta con ocho de los diez primeros del ránking —lo nunca visto—, y diez de los 15 mejores. «Si lo piensas, sobre el papel, Estados Unidos es más fuerte que nosotros en la clasificación mundial. Si un ordenador fuera quien decidiese el resultado, está claro que ganarían ellos. Pero no lo determina un ordenador, hay muchos más aspectos a tener en cuenta…», razona Padraig Harrington, capitán del equipo europeo, cuatro veces campeón del duelo bianual como jugador.

El título que ganó en París en el 2018 lo defiende ahora Europa con un par de jugadores carismáticos que se crecen en la Ryder, como el español Sergio García y el inglés Ian Poulter, una superestrella como Jon Rahm, un fenómeno que busca y rebusca su vuelta a la primerísima línea como Rory Mcllroy y un grueso de jugadores de diferentes niveles. Solo Rahm figura entre los diez mejores del mundo en el ránking de la regularidad y tres de sus integrantes son debutantes. ¿Importa tanto?

Casi el doble de grandes

Estados Unidos ya se presentó en París con seis de los diez mejores del ránking. Más que en ninguna otra Ryder Cup. Y perdió. Miren por donde se miren los datos, sonríen al equipo americano. En su vestuario hay seis jugadores que coleccionan 13 grandes (cuatro de Koepka, tres de Spieth, dos de Dustin Johnson y Morikawa y uno de DeChambeau y Justin Thomas), por siete de los europeos (cuatro de McIlroy, y uno para García, Rahm y Lowry). Al mismo tiempo, el equipo norteamericano tampoco ha explotado el dominio estadístico que le dieron los últimos 25 años, con Tiger Woods, sobre todo y muy por encima del resto, pero también con Phil Mickelson como grandes dominadores del golf mundial.

Porque la Ryder pone en juego 16 puntos durante el viernes y el sábado en distintos formatos por parejas y solo el domingo se juegan 12 partidos individuales. Durante tres días, los capitanes eligen en función de sintonías personales, estados de forma, complementariedades y recursos para atacar el campo. El duelo bianual se juega esta vez en Whistling Straits, en Kohler, Wisconsin. Un recorrido para pegadores, pero que castigará, y mucho, a quienes se desvíen hacia los bunkers.

Derrotas con mejor elenco

Según un informe de Ten-golf, cuando mejores jugadores reúne por números Estados Unidos, peores resultados consigue. Atendiendo al ránking mundial, sus seis mejores equipos sufrieron cinco derrotas y solo ganaron en 1999 en la Batalla de Brookline, cuando un ambiente antideportivo enturbió la atmósfera festiva que rodea el duelo. Lo mismo le sucede al equipo del Viejo Continente desde que existe el ránking mundial. Ganó once veces con un vestuario con una inferior clasificación conjunta que la de su rival; y perdió cinco veces, en dos de ellas con un elenco teóricamente superior atendiendo al ránking.

Nunca ganó un equipo con los tres mejores del ránking, ni la Europa de 1991 con Woosnam, Olazábal y Faldo ni los Estados Unidos del 2006 con Woods, Mickelson y Furyk. Otra vez el tema de los egos, los equipos, la personalidad para jugar con un público favorable u hostil... ¿Por qué entonces sería Ian Poulter, hoy número 50 del mundo, virgen de títulos en los grand slams, quien llegó a Wisconsin con el mejor porcentaje en la Ryder de todos los elegidos con al menos un par de presencias previas? El valiente jugador inglés acumula 14 victorias, dos empates y seis derrotas.

Europa llega con un equipo algo más veterano que el de Estados Unidos, y con solo tres debutantes: Viktor Hovland, Shane Lowry y Wiesberger. Hasta seis novatos tiene el vestuario norteamericano: Xander Schauffele, Harris English, Patrick Cantlay, Daniel Berger, Collin Morikawa y Scottie Scheffler.

Empeñado en hacer piña, en conseguir esa sensación de equipo que siempre y con muy distintas fórmulas siempre se le ha echado en falta a Estados Unidos, su capitán, Steve Stricker, reunió durante dos días seguidos a todos sus jugadores en Whistling Straits. Durante el domingo 12 de septiembre y el lunes 13 solo faltó Brooks Koepka, aquejado entonces de una lesión en la muñeca que le había obligado a retirarse poco antes de The Tour Championship. Aún tiene tiempo a repensar las parejas del viernes, para que la lógica se imponga. Por una vez en la Ryder.