La hipocresía del mundo del fútbol

DEPORTES

Alejandro García

20 sep 2021 . Actualizado a las 08:42 h.

El fútbol es un mar de contradicciones, en donde se dice una cosa y se hace la otra. Laporta, que no cree en Koeman, le habló de una ampliación de contrato y después de los últimos resultados en liga y el sopapo del Bayern en el Camp Nou, ya se habla de ultimátum en Barcelona con el partido de esta noche ante el Granada en el centro de la diana.

Todo sería más sencillo si el mundo, también el del fútbol por muchos privilegios que tenga, fuera de frente. Laporta ganó las elecciones contando con Messi y pensando en otro entrenador, pero se quedó sin el argentino y dejó al técnico holandés sin su baza más preciada. Por encima, perdió a Griezmann, otro regaló culé a un rival directo.

En teoría, la salida de Leo debería ser un atenuante para un año discreto del Barça en plena transición derivada de la grave crisis económica que sacude al club, pero Joan no puede (o no quiere) vender a sus socios que inician el curso derrotados y sin expectativas claras de levantar algún título. Por eso, primero se filtra un acuerdo de renovación y después que varios pesos pesados de la junta directiva del Barça quieren prescindir de sus servicios. Todo en poco tiempo.

Sería un buen argumento para una película de misterio, pero solo es la continuidad de la locura en la que está sumido el club desde hace muchos años. Un tiempo en el que esos desmanes se tapaban con título, con burofaxes y luchas intestinas, pero ahora solo queda el verde y ahí, el equipo azulgrana parece estar varios cuerpos por detrás de sus grandes rivales, por mucho que el Atlético no termine de arrancar.

Por eso ahora Ronald Koeman, sin estrellas y con bajas importantes en ataque, es el culpable aunque le den palmaditas (o puñaladas) en la espalda. Más allá de la crisis puntual, lo que sale a luz una vez más es la hipocresía del fútbol. Un reflejo de la vida.