Roglic demuestra que no tiene rival en los Lagos de Covadonga

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El esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma) celebras tras imponerse en solitario en la 17ª etapa de la Vuelta este miércoles, entre Unquera (Cantabria) y los Lagos de Covadonga
El esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma) celebras tras imponerse en solitario en la 17ª etapa de la Vuelta este miércoles, entre Unquera (Cantabria) y los Lagos de Covadonga Manuel Bruque

El esloveno deja prácticamente sentenciada la carrera tras una exhibición

01 sep 2021 . Actualizado a las 19:06 h.

Como en los grandes días de la Vuelta a su paso por Asturias, llovía en los Picos de Europa. Llovía como llovió sobre la victoria de Pável Tonkov en un ascenso también a los Lagos de Covadonga en la ronda de 1997, en la segunda Vuelta de Alex Zülle. Como cuando Jalabert, un esprinter, se impuso en solitario en 1994 contra pronóstico en la misma meta en un día de perros. O como, un poco más lejos, en el Angliru, cayó sobre Óscar Sevilla en la revuelta del Kelme contra su líder en el Angliru en el 2002.

En los picos astures, se abría la primera de las dos jornadas de montaña llamadas a decidir la Vuelta, a falta de las tres etapas gallegas con contrarreloj final. Roglic no quiso esperar. Venció en la meta de los Lagos de Covadonga en un día titánico del esloveno, adornado con la épica que da la niebla. El vigente campeón demostró tener las mejores piernas, pero también ser el más listo. Leyó a la perfección la carrera y se aprovechó de la incapacidad de sus rivales y de otra jornada en la inopia del Movistar.

Honor a Bernal

La Vuelta planteó un circuito con cuatro puertos de montaña —un tercera categoría, una doble pasada por La Collada, de primera, y el ascenso a los Lagos—. Al segundo paso por La Collada, el grupo principal quedaba ya en una veintena de ciclistas. Lo intentó Egan Bernal, sin nada que perder, a más de 60 kilómetros de meta. A su ataque se pegó Primoz Roglic. Por fin valentía en este Vuelta, aportada por el colombiano. Enric Mas y Miguel Ángel López, se quedaron en el mermado pelotón. Dejaron ir a los dos corredores como si se tratase de unos cualquiera. A 58 de meta, Eiking, relegado a un quinto grupo de desperdigados por las pendientes, perdió el maillot de líder.

Coronado el puerto, arrancó la bajada, envenenada por la lluvia. Apretaron los dos de cabeza para pegar un mordisco a sus perseguidores. Estuvo a punto de irse un par de veces montaña abajo Egan Bernal. Sí cayeron Vlasov, Verona, Henao y el líder depuesto, pero aún con maillot, Eiking.

A 45 kilómetros de meta, Roglic se cansó de ver la rueda de Bernal y se puso a tirar. Tras verse metido por obligación en una fuga para proteger su ventaja, decidió aprovechar la situación. Le venía perfecto. Con su acompañante a más de cuatro minutos en la general, Bernal era para el esloveno un socio. Camino de Cangas de Onís, los líderes ya le sacaban dos minutos a sus perseguidores. El Movistar, aturdido, dejaba escapar la carrera. Sin capacidad de respuesta, dejó trabajar al Bahrain.

Ascenso final

El ascenso final a los Lagos liquidó a Guillaume Martin, hasta ayer segundo clasificado.

Roglic destrozó a Bernal justo antes de La Huesera, la parte más dura del último puerto. Antes de afrontarlo, el esloveno le arrancó a su rival ese metro que supone la antesala de la rendición.

Tiró para arriba el nuevo líder que ya no se detuvo hasta la meta, donde soltó un grito al cielo, por si a su ascenso le faltaba purpurina. Enric Mas lo probó, pero poco y tarde. Solo sirvió su intentona para que el grupo cazase a un Bernal exhausto La fiesta del Jumbo-Visma se completó con un segundo puesto de Sepp Kuss. Hará falta algo muy raro para que Roglic no gane también esta Vuelta.