Y el castigo para el Juventus llegó en el minuto 83, cuando otra gravísima distracción de Szczesny, que entregó el balón a Stefano Okaka, acabó con el gol del 2-2 de Deulofeu, uno de los mejores del Udinese tras saltar al campo desde el banquillo. La reacción juventina la lideró Cristiano, aunque a nivel global su partido fue poco brillante, y solo la frustraron los pocos centímetros que determinaron su fuera de juego en la jugada que pudo darle tres puntos al Juventus.