Adrián Ben: «Lo conseguido no cumple el sueño, que es ser campeón olímpico»

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«Nunca viví nada parecido», dice el atleta de Viveiro de sus primeros Juegos

09 ago 2021 . Actualizado a las 19:31 h.

Adrián Ben Montenegro (Viveiro, 1998) regresó de Tokio y lo primero que hizo fue ir a entrenar. Para el primer finalista español en una final olímpica de 800 metros, la temporada todavía no ha terminado, ya que el día 26 le espera un mitin en Lausana (Suiza). Adrián, con su quinto puesto, fue uno de los grandes protagonistas en el tartán del estadio olímpico, y aunque está feliz con su actuación, avisa de que el sueño todavía no se ha cumplido porque es ser campeón olímpico. Por eso busca la excelencia y la mejora cada día.

-¿Cómo resumiría esta experiencia olímpica?

-Impresionante. Nunca viví nada parecido. Espero volver a vivirlo, pero aunque vaya a otros Juegos creo que no existen dos Juegos iguales. Fue una experiencia increíble, de hecho, en estos últimos días, en la Villa Olímpica no quedaba nadie, pero aun así me daba pena irme.

-¿Qué valoración hace de su participación?

-Estoy contento porque las cosas salieron bien. Estaba nervioso porque había trabajado muy bien y quería intentar por lo menos sacar ese trabajo para que se vea que lo estamos haciendo. Estoy feliz porque mi entrenador, mi familia y la gente que me apoya están felices. Eso para mí es la verdadera riqueza.

-¿Ya ha asimilado todo lo ocurrido en Tokio?

-Lo de Doha fue una sorpresa, pero ahora llevábamos esa experiencia. Íbamos con más ganas de luchar que de disfrutar, por eso en la final no quería ir de paseo, sino a luchar por las medallas.

-¿Cuando salió de Madrid pensaba en la final y la medalla, o era cierto aquello de partido a partido?

-Mi intención era meterme en la final como en Doha, pero las cosas son muy difíciles, por eso había que ir ronda a ronda. Estaba claro que quería correr la final, pero también me habría podido ir para casa en la primera ronda. Por eso carrera a carrera y hacerlo tácticamente lo mejor posible para gastar lo menos posible pero sin dejarnos nada en la pista porque allí, si te duermes, te papan.

-Demostró que es un excelente estratega en las carreras.

-Eso me hace mucha gracia, porque yo hago todo lo que puedo. Ni me dejo metros porque vaya sobrado ni es que me guste una cosa o la otra, la verdad es que voy a tope. Simplemente me intento colocar lo mejor posible y hacer la carrera lo más limpia posible para no tener cambios de ritmo ni golpes, y unas veces sale bien y otras, mal. Tuvimos la suerte de estudiar bastante lo que hacían los rivales, viendo carreras suyas e intentando colocarnos lo mejor posible, nada más.

-¿Trabajan mucho con el vídeo para repasar cómo son los rivales?

-Yo sí. Con la mayoría ya corro durante todo el año y sé las formas de cada uno, pero siempre hay que mirar. Normalmente corro por detrás, pero en eliminatorias fui delante. No siempre se coge la misma estrategia, ya tenemos calada a la gente. También me fijé en cómo se habían corrido otras finales, pero esta fue totalmente diferente.

-¿Le sorprendió el ritmo de la final?

-Sí, yo pensé que iba a ser una carrera rápida, que los keniatas iban a poner un ritmo más rápido para intentar hacer 1.43, de hecho yo pensaba en hacer marca personal sin las piernas me daban.

-¿En ese último arreón se vio en algún momento en el podio?

-Sí, lo pensaba esta noche pasada. Igual saliendo un poquito antes o un poco más arriba, pero eso es a toro pasado y en el momento tienes que ir rápido. Yo siempre busco la excelencia y el intentar mejorar.

-¿Lo que consiguió está por encima del sueño que tenía de pequeño?

-No, lo conseguido no cumple el sueño, que es ser campeón olímpico, pero esto sirve para estar muy contento y para confirmar que estamos trabajando en el camino correcto. En la final me paro a pensar y digo: «El que gane la carrera es campeón olímpico». Me decía: «Adrián, corre».

-¿Cómo estaba antes de la final?

-Nervioso, porque quería luchar por todo. Son oportunidades que uno tiene y hay veces que llegan una vez, dos o ninguna. Estaba nervioso por intentar disfrutar a tope y por dar lo máximo para conseguir la mejor posición.

-¿Se ve asentado en los 800 metros?

-En el 800 me han ido las cosas bien, pero yo voy a correr el 1.500 igual.

-¿Considera que en estos momentos su distancia es el 800 y se sigue considerando un hombre del milqui?

-Ahora mismo sí, este año corrí y preparé el 800, fue una preparación específica para esta prueba, pero yo sigo haciendo 1.500 e igual dentro de un tiempo esa es mi distancia. Una cosa no quita la otra, creo que son pruebas complementarias.

-¿Qué frase le llegó más al fondo?

-La de mi entrenador (Arturo Martín). Cuando pasé a la final, me dijo que había cumplido el sueño de tener un finalista olímpico y para mí, que mi entrenador es Dios, lo que dice el va a misa y le estoy eternamente agradecido, que me diga eso es muy importante. El poder devolverle todo lo que me da cada día es algo más que una alegría que no se puede explicar con palabras.

-¿Cómo hacía para recuperar tan rápido de una carrera a otra?

-Arturo eso lo hace muy bien, porque nosotros estamos acostumbrados de hacer casi tres veces a la semana series duras y entonces te acostumbras a entrenar con las piernas cansadas. Allí también hicimos fisioterapia, pero lo principal de todo es tener una buena base de entrenamiento.

-Y también mucho descanso.

-Intenté estar en cama lo máximo posible. Mi compañero de habitación, que era Husillos, estaba harto de mí, me decía: «Estás todo el día en cama, contigo no se puede», porque yo sentado no recupero lo mismo que tumbado.

«Somos una selección joven, queremos hacer cosas muy grandes»

Adrián Ben forma parte del relevo del atletismo español. El gallego considera que el nivel medio de la selección creció «brutalmente» y cree que España cuenta con un elenco de atletas muy jóvenes que puede hacer grandes cosas en un futuro próximo.

—¿Qué balance hace del atletismo español?

—Creo que muy bueno. Igual hay gente que estuvo por debajo de su nivel, pero el atletismo no son dos más dos y si te toca un mal día, no hay nadie que te vaya a tapar. Aquí, si no estás, te cae el marrón y la bronca y te quedas fuera. Creo que el nivel medio de la selección aumentó brutalmente.

—¿Está una nueva generación en camino?

—Creo que sí, que la gente nueva se está haciendo un hueco muy grande y hay muchos finalistas jóvenes. Somos una selección joven a la que hay que cuidar y que nos dejen a nosotros hacer el resto, porque creo que estamos en una línea buena de trabajo y con mucha ilusión. Queremos hacer cosas muy grandes.

—¿Ya piensa en París o aún es temprano?

—Si digo la verdad, creo que ya pienso en París, pero tampoco me quiero agobiar. Acabamos de llegar de Tokio y hay que disfrutar, algo que también me dice siempre Arturo. Aquí, cuando las cosas mal, nos castigamos un mes y la buena solo duran un día, por lo que hay que disfrutar la bueno.

—¿Para este ciclo olímpico que apostará, por el 800 o el 1.500?

—No lo sé. Si me preguntaran hace dos años diría que el 1.500 y soy el quinto olímpico en 800. La intención es ir tanteando en la dos pruebas y el día de mañana ver qué tal me encuentro.

—Era el finalista más joven.

—El 800 es una prueba bastante joven y las marcas se hacen de joven, aunque luego hay gente más mayor que también corre. Es algo que me alegra, pero también veo que es normal.

—¿Ha cambiado su estatus a nivel público?

—No creo. Yo no soy ninguna bestia ni ninguna potencia mundial. Sé que los Juegos tienen un poco más de repercusión que las competiciones de atletismo, pero es algo que le pasa a todos los deportes.

—Repitió en sus declaraciones que se sentía muy apoyado y querido. ¿Es el atleta más querido?

—Yo no sé lo que quiere la gente a los demás pero me he sentido más apoyado que nunca.