La ribeirense, que brilló en la calificación de triple salto, apunta a un podio que solo pudieron mirar de reojo los 25 atletas olímpicos que representaron a Galicia
01 ago 2021 . Actualizado a las 12:41 h.El atletismo llegó a Galicia en 1913, fecha en la que está datada la primera competición conocida, pero no fue hasta 1921 cuando se creó la Federación Galega de Atletismo. En todo este tiempo, ningún atleta gallego ha sido capaz de subir a un podio olímpico. Domingo (13.20 horas, La 1 y Eurosport), en la final de triple salto, Ana Peleteiro tiene la oportunidad de convertirse en pionera de una gesta hasta ahora desconocida.
Porque a lo largo de estos largos 100 años, la comunidad ha contado con atletas de primer nivel, 25 de ellos han sido olímpicos, con el fondista Carlos Pérez a la cabeza con tres participaciones (Roma, Tokio 64 y México), y ninguno de ellos ha podido aproximarse al cajón de las medallas.
Pero Ana Peleteiro Brión (Ribeira, 1995) puede cambiar la historia. Comenzó a hacerlo cuando se proclamó campeona del mundo júnior en Barcelona y el domingo, a la hora del vermú, como ella mismo indicó a La Voz, afrontará su primera final olímpica en su estreno en unos Juegos.
La triplista gallega presentó su candidatura al podio en la calificación al firmar un salto de 14,62 metros, la mejor marca española de la historia al aire libre. Pero más allá del registro quedan las sensaciones, y las que transmitió Ana son inmejorables. Segura, con una técnica depurada, y por primera vez en mucho tiempo, sin molestias físicas. Quizás Tokio sea el primer campeonato en donde la barbanzana acude sin ningún tipo de problema físico, un hándicap que siempre le ha lastrado aunque ella misma lo tapase con su gen competitivo.
Peleteiro pasó el día previo a la final aislada del mundo, concentrada, descansando e ilusionada. También liberada de la presión, porque el gran reto era superar la calificación para después poder disfrutar en la final olímpica.
La gran favorita para el oro será Yulimar Rojas, su compañera de entrenamiento, a la que conoce mejor que nadie y que también bebe de la sabiduría de Iván Pedroso en la soledad de la pista de Guadalajara, la sede mundial del triple salto. La venezolana confirmó su candidatura única al oro en la calificación con un impecable único intento de 14,77 metros.
Dos plazas abiertas
Pero la plata y el bronce parecen más abiertos que nunca y alcance de un salto de Ana Peleteiro. Eso sí, igual no solo necesita de su mejor versión (14,73 metros saltó bajo techo) sino que la gesta incluso puede requerir un nuevo récord de España, un camino que antes o después recorrerá la gallega en su trayecto hacia los 15 metros.
La jamaicana Shanieka Ricketts, la lusa Patricia Mamona, la colombiana Caterine Ibarguen, la cubana Povea y la americana Orji aparecen como sus principales rivales. Todas ellas, menos la americana, han emitido también buenas sensaciones en la previa de una final que puede colocar al atletismo gallego en el medallero olímpico 108 años después de aquella primera carrera en el barrio vigués de Coia.
Los caprichos de la técnica
Por Isidoro Hornillos
El análisis de los mejores registros realizados en la calificación del triple salto permite conocer mejor a las principales rivales de Ana Peleteiro en la lucha por las medallas de la gran final del domingo. Algunas variables que condicionan el resultado global de esta disciplina técnica son:
1. La velocidad de entrada a la tabla
Es determinante que sea alta, siempre que permita transformarla y enlazar con el primer salto en las mejores el grupo de las más rápidas se encuentran dos de las candidatas al podio y adversarias más directas de Peleteiro: Povea (Cuba) y Orji (USA) con 36.0 km/hora, así como Ibarguen, de 37 años, que defiende el actual título olímpico y que alcanzó los 35.6 km/h. En el extremo opuesto, las más lentas, aparece la gran favorita al oro, la venezolana Rojas, así como la portuguesa Mamona, ambas con 33.0 km/h, ojo también con ella. Peleteiro opta por una velocidad intermedia (34.0).
2. La precisión en la batida
Colocar el pie antes del punto de medición resta centímetros al salto. Todas las finalistas despliegan una carrera perfectamente talonada y que pueden reajustar en los metros finales, aunque a costa de una ligera pérdida de la velocidad. En la calificación, Yulimar Rojas fue la menos precisa de las finalistas ya que batió 39.8 centímetros antes del punto de medición. Mamona se quedó a 24,4 cm en su salto de 14,66 m, al igual que la vencedora del grupo 2, la dominicana Thea Lafond, que saltó 14,60 metros en su primer intento, récord nacional, batiendo a 13,4 cm. Ana Peleteiro fue la más precisa de todas ya que en su salto de 14.62 metros solo perdió 0,2 cm.
3. La distribución de los tres saltos
Es muy importante que mantengan una proporción muy equilibrada. En general, el primer y último salto rondan el 35% cada uno, mientras que el segundo es algo más corto (30%). Alargar demasiado el primero podría hipotecar el resto de los saltos, ya que en el impacto del segundo se perdería mucha velocidad.
Las estrategias en esta variable son distintas, incluso dentro del mismo grupo de entrenamiento. Peleteiro hizo más largo el primero, casi un metro más que el último (5,73-4,15-4,74) metros, al igual que Lafond (5,21-4,55-4,84) o Mamona (5,30-4,37-4,87). Sin embargo, su compañera Rojas optó por fortalecer el último (5,27-3,87-5,63), única mujer de las finalistas que lo hizo, si bien su nivel de empeño no fue el que tendrá hoy para subirse a lo más alto del podio, al que, así lo esperamos, acceda también con la gallega Ana Peleteiro.