Adrián Ben: «Me fui de Galicia siendo pequeño para apostar por este sueño»

X.R.C

DEPORTES

Ser el primer español en una final olímpica de 800 y mejorar el sexto puesto de Doha, sus retos

30 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Adrián Ben Montenegro (Viveiro, 1998) entra mañana (02.50 horas) en acción en los Juegos de Tokio afrontando la primera ronda de calificación de los 800 metros. El atleta gallego llega avalado por las mejores marcas de su vida y con el objetivo de convertirse en el primer finalista español de la distancia mejorando, si es posible, el sexto puesto firmado en el Mundial de Doha. De entrada, a sus 23 años, está a punto de cumplir el sueño que le llevó a salir de casa cuando todavía era muy pequeño: ser olímpico.

—¿Con qué sensaciones afronta la cita de Tokio?

—Buenas, pendientes del cambio horario. Competimos a las 9.50 y antes de venir ya habíamos entrenado a horas parecidas. Me encuentro muy bien, haciendo entrenamientos muy buenos, daremos el 100 % y que salga lo que tenga que salir.

—¿Está adaptado a las condiciones que se va a encontrar?

—Soy de los que opinan que en condiciones extremas nunca te vas adaptar, sino que el cuerpo sufre más. Por eso prefiero estar el menos tiempo posible en esas condiciones.

—Llega con las mejores marcas de su vida, ¿eso qué significa?

—Es una buena referencia que confirma que estamos trabajando en la vía correcta.

—Antes de Doha se decía que Adrián Ben era un atleta de 1.500 que bajaba a 800 metros, ¿esa percepción ha cambiado?

—Este año me centré más en el 800 porque era en la distancia que tenía la mínima olímpica, pero yo sigo acumulando experiencias e intento hacerlo lo mejor que puedo. Llego con mejor marca y con más experiencia, siempre quiero hacer las mejores carreras y listo.

—¿Cuáles son sus objetivos?

—Hago 800 metros y un pequeño error te deja fuera en cualquier momento, por eso mi expectativa es intentar hacerlo lo mejor posible y mejorar mi puesto [fue sexto] sería algo estratosférico, porque nunca hubo ningún español en una final olímpica de la distancia. Ese es el objetivo, pero si no se da, intentar hacer el mejor papel posible.

—¿Ve factible meterse en la final?

—Pienso que sí. Si ya estuve en Doha, creo que puedo estar también este año. Si yo no lo creo, no lo va a creer nadie, pero las pruebas luego son muy difíciles, son unos Juegos Olímpicos, y entonces hay que estar muy atentos y no confiarse nada.

—¿La criba más peligrosa es la primera?

—No te sabría decir. Creo que a dos carreras voy bastante bien, como demostré en el Campeonato de España, pero la final sería la tercera carrera. El primer corte será temprano por la mañana y habrá que levantarse a las cinco de la madrugada, pero hemos estado trabajando en la aclimatación.

—¿Qué significa para usted alcanzar la meta olímpica siendo tan joven?

—Aposté por esto desde pequeño y, gracias a mis padres, pude conseguirlo. Detrás de los Juegos hay muchas horas de trabajo y sacrificios. Me fui de Galicia muy pequeño, me fui lejos de mis padres y mis amigos para apostar por este sueño, y esto me da felicidad, tranquilidad e ilusión.

—Cuando entrenaba en Viveiro, ¿soñaba con ser olímpico?

—Claro. Siempre sueñas con ser campeón olímpico. Yo siempre digo que corro para ganar y todos queremos lo mismo. El nivel es muy grande y el objetivo de cada año debe ser estar cada vez un poco más arriba, estar más preparado. Las cosas salen o no, pero si voy allí pensando que no voy a ganar, creo que no ganaría nunca.

—¿Se puede hablar de rivales?

—Todo el mundo. Viendo mi ejemplo en el Mundial, que con 1.45,78 de marca me metí en la final, todo puede pasar. La gente prepara bien los Juegos Olímpicos y no quiero descartar a nadie porque luego aparecen las sorpresas. En una gran cita, no siempre las marcas lo dicen todo, también hay que tener suerte.

—Ahora ya no se preguntarán quién es ese chico de Viveiro, como pasó en Doha.

—Me gustaría recordárselo.

«Serán unos Juegos raros porque la situación mundial también lo es»

Con una marca de 1.44,18 conseguida en Estocolmo a principios de julio, como principal aval, Adrián Ben llega a la cita pletórico de confianza y consciente de que serán unos Juegos raros por la pandemia mundial.

—¿Qué tal su temporada?

—El año pasado tuve la lesión que me dejó sin poder correr, con lo que hicimos una pretemporada muy larga y en la pista cubierta nos dedicamos más a entrenar que a competir, y ahora vengo de hacer una gran temporada. Me encontré muy bien, las carreras se dieron bastante bien y estoy muy contento.

—En los días claves respondió de maravilla.

—Esto no es como un deporte de equipo. Aquí tienes que estar tú, en el día equis y a la hora equis y, si no estás, no va venir ningún jugador que te salve, no existe la posibilidad del cambio o del no pasa nada porque tengas un mal día. Aquí si no estás, estás fuera.

—¿Cómo ve los protocolos?

—Yo acato todas las medidas, creo que todas las cosas que se hacen son para preservar nuestra salud. Por lo tanto, todo lo que haya que acatar se acatará. Serán unos Juegos raros, pero la situación mundial también lo es.

—¿Lo peor es que no puede llevarse a nadie de su familia?

—Exactamente, pero no es solo que no pueda ir mi familia, es que no puede haber ni público. Creo que con eso queda claro el tipo de situación que estamos viviendo y los cuidados que debemos tener con todo lo que nos dicen.

—¿Cómo ve al equipo olímpico de atletismo?

—Muy bien. Creo que cada día el nivel medio de la selección sube. Los puntos fuertes lo siguen siendo y luego venimos los jóvenes, que estamos apretando muy fuerte. Nos ayudamos unos a otros.