Atención ínfima al factor mental en el deporte

Inés Santiago

DEPORTES

27 jul 2021 . Actualizado a las 21:02 h.

No conozco un solo deportista que no pase por bajones de ánimo, que no se someta a momentos de negatividad. La presión es siempre muy alta, más allá de la que pueda poner el entorno. No hace falta que nadie te exija nada, la exigencia la pone uno mismo porque el momento de competir es el desenlace de muchas horas de trabajo y absoluta dedicación.

En mi caso, me movió a apartarme un cúmulo de pequeñas cosas. Tenía respaldo por parte de mi familia, entrenadores, amigos... Nunca hubo presión externa, todo el mundo estaba de mi lado. Lo que se me transmitía es que si obtenía buenos resultados, estaba muy bien, y que si eran malos, tampoco pasaba nada. Pero eso a veces no basta. La presión estaba en rendir cada día. Tener una actitud positiva en cada entrenamiento. Una deportista dedica su vida a la disciplina que practica, y desde pequeña debe someterse a una serie de normas que le harán rendir mejor. Descanso, dietas, trabajo... Una serie de renuncias que luego deben dar resultado en competición. La temporada depende de ello y ya solo la perspectiva de no rendir hacen que se pase muy mal.

A mí me cuadraron varias competiciones de alto nivel en las que acumulé malos registros. De repente, tras haber recibido el respaldo de la federación, estaba última y había rivales que me doblaban. Es muy complicado gestionar algo así porque nadie te prepara. El factor psicológico recibe una atención ínfima en el deporte profesional. Te inculcan que debes hacerte duro a base de palos, pero nadie te prepara para ellos. Te piden curtirte, pero nadie te explica qué supondrá ese proceso y cuál será el precio a nivel mental.