El odontólogo Nico Rodríguez quiere morder el oro

DEPORTES

Oscar Vázquez

El vigués y el patrón Jordi Xammar arrancan con el aval del número 1 del ránking y sus seis medallas

27 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace un lustro, Nico Rodríguez (Vigo, 1991) ya tenía el bolígrafo en la mano para firmar su primer contrato como odontólogo en una clínica holandesa. Sin embargo, mañana afrontará su primera prueba de vela en unos Juegos Olímpicos. Una llamada desde el aeropuerto de Río al finalizar el pasado ciclo olímpico de Jordi Xammar, su patrón y compañero en la clase 470, lo cambió todo y le dio la oportunidad de cumplir el sueño que perseguía desde niño.

El vigués y el catalán se han pasado estos cinco años «metidos en dos metros cuadrados» y dando vueltas al mundo para coleccionar medallas y preparar a conciencia la cita olímpica. Llegan a Tokio avalados por el número uno del ránking mundial de la clase y con seis medallas al cuello (tres mundiales y tres europeas), pero curiosamente ninguna de ellas dorada, su gran objetivo en los Juegos Olímpicos. «Unha medalla é unha medalla, pero quero pelexar por ser campión olímpico», explica el vigués.

La pasada semana, a modo de prueba, afrontaron una regata de entrenamiento con todos sus rivales y el triunfo fue del 470 español, demostrando su nivel y que no se guardan nada incluso en los días que no hay puntos en juego. «Van a por todas», comentan desde el entorno familiar del vigués.

Japón, segunda casa

Y aunque Nico y Jordi han dado varias vueltas al mundo durante este tiempo, Japón y el campo de regatas de Enoshima han sido su segunda casa. En él compitieron en una Copa del Mundo, repitieron en el test olímpico y afrontaron varias concentraciones en compañía del equipo olímpico japonés, con el que llegaron a compartir concentración en la isla Zamami, antigua base militar nipona en la Segunda Guerra Mundial y centro de entrenamiento en la actualidad.

Pero el conocimiento puede pasar a un segundo plano si a los tradicionales vientos cambiantes de la bahía de Tokio se les une al final el tifón Nepartak, un aspecto que podría poner patas arriba una competición que arranca la próxima madrugada (05.05 horas, Teledeporte) con las dos primeras de las diez regatas estipuladas en el sistema de competición antes de afrontar la medal race el próximo 4 de agosto.

Nico, que no se considera la principal baza de la vela española, está con confianza y lleno de optimismo para el inicio de su prueba, pero desde que llegó a Japón decidió vivir en una burbuja. No solo la que marcan los protocolos anticovid, sino que también cortó cualquier comunicación con el resto del mundo para centrarse en exclusiva en la lucha que se avecina. Su teléfono no está en el fondo del mar, pero lo parece.

Australia, la dominadora de la clase, se presenta como el enemigo a batir y Nueva Zelanda, Francia y Suecia como potencias que amenazan el podio. A favor de la pareja aussie, que ha estado escondida todo el año y rehusó acudir al Mundial, juega su veteranía, pero Nico y su patrón aprovecharon los últimos meses para buscar márgenes de mejora en todos los frentes: desde el competitivo hasta los materiales. Todo para arañar un puñado de segundos. Los que les pueden llevar a lo más alto del podio si el tifón lo permite.