Tamara Abalde: «Volver con dos medallas sería llevar el sueño a otro nivel»

X, R. Castro / Lois Balado

DEPORTES

YOAN VALAT | EFE

Tras el no de Minnesota a que Juancho Hernangómez pueda estar en los Juegos, quedan los Gasol. Pero también los Abalde. Los dos hermanos coinciden por primera vez en una cita olímpica. Tamara ya había estado en Pekín. Alberto es novato en la Villa. Ambos viven una experiencia reservada a unos pocos privilegiados. Ella ya ha debutado, él lo hace hoy.

26 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Tamara Abalde (Ferrol, 1989) está de vuelta en una Villa Olímpica trece años después. Lo hace, además, acompañada de su hermano pequeño y cruzando los dedos por regresar a casa con dos medallas. Pero más allá del podio, lo suyo es el triunfo de una historia de superación. Por eso asegura vivir cada segundo de Tokio con la máxima intensidad.

—¿Qué le hizo más ilusión, esta llamada o la del 2008?

—Las dos, pero desde luego que esta me hace muchísima ilusión. Son unos Juegos, creo que es la competición más especial que puede haber para cualquier deportista. Esta edición la estoy viviendo con la perspectiva que te da la edad y la estoy disfrutando muchísimo. Estoy con la misma ilusión o más que cuando tenía 18 años, pero con la perspectiva que te ayuda a saborearla el doble porque soy consciente de la importancia que tiene esto.

—¿Es el premio a una historia de superación personal?

—Desde luego. Para mí es muy bonito tantos años más tarde tener la oportunidad de volver a estar en otros Juegos y quizás sea un premio a la constancia. Esto es deporte, durante la carrera de un deportista pasas por muchas fases y esto es fruto del trabajo de muchos años.

—¿Qué pensaba cuando veía por televisión los dos Juegos en los que no estuvo?

—A mí los Juegos siempre han sido una competición que me ha encantado desde pequeñita. Recuerdo ver todos los deportes, porque los Juegos Olímpicos creo que son un evento muy especial y las dos citas que me perdí después de Pekín las seguí con la misma ilusión. Conocía a muchísimas compañeras, había coincidido con ellas, algunas son amigas y daba pena no estar. Pero disfruté con ellas desde casa, que era lo que tocaba.

—¿Los juegos son más especiales por estar los dos hermanos?

—Es muy especial y muy bonito. Yo estoy superilusionada tratando de disfrutar a tope de cada momento con él, estoy feliz de que Alberto esté viviendo sus primeros Juegos Olímpicos y el poder disfrutarlos con él es un auténtico sueño.

—¿Se imagina regresar con dos medallas?

—Regresar a casa con dos medallas sería llevar el sueño a otro nivel. Ambos equipos somos ambiciosos y vamos a por todas. A competir y pelear hasta el final los dos para tratar de volver a casa con una medalla.

—Están dos gallegas y pudieron ser tres de no ser por la lesión de María Araújo, ¿es un buen momento para el baloncesto gallego?

—Desde luego. Hablamos de jugadoras jóvenes que están dando pasos muy grandes, que tienen la calidad suficiente y que ya han llegado y tienen una carrera muy prometedora por delante.

—¿Está completamente recuperada del covid o le quedó alguna secuela?

—He tenido la suerte de pasarlo sin enterarme, no tuve ningún síntoma ni me ha quedado ninguna secuela, pero mientras estás confinada no puedes entrenar demasiado. Ahora estoy bien y no hay excusas.

—¿Cómo llegan, cómo ve a la selección para estos Juegos?

—Queremos demostrar que somos un equipo muy competitivo, que sabe sobrellevar cualquier situación. Este verano está siendo difícil por muchas cosas, por pequeñas piedras que van apareciendo en el camino, pero estoy segura de que el equipo va a competir como siempre. Ese gen competitivo es el ADN de España y vamos a por todas. Estamos muy concentradas en el primer partido.

—¿Cómo ve el grupo?

—Aquí llegan muy pocos equipos y estás compitiendo con los top del mundo, así que no hay grupo fácil. Serbia es la vigente campeona de Europa, Canadá también es un gran equipo, con muchísimo físico, y Corea es un elenco muy complicado por el estilo de juego que tienen.

—¿Hay cuentas pendientes con Serbia?

—Siempre, y ellas también tenían una cuenta pendiente con nosotras. Esto es lo bonito de la competición. Que exista esa rivalidad es síntoma de que hemos jugado finales y partidos importantes.

Alberto Abalde, en una acción con Kevin Durant.
Alberto Abalde, en una acción con Kevin Durant. David Becker | EFE

Alberto Abalde: «Poder compartir unos Juegos es un privilegio»

Tras el no de Minnesota a que Juancho Hernangómez pueda estar en los Juegos, quedan los Gasol. Pero también los Abalde. Los dos hermanos coinciden por primera vez en una cita olímpica. Tamara ya había estado en Pekín. Alberto es novato en la Villa. Ambos viven una experiencia reservada a unos pocos privilegiados. Ella ya ha debutado, él lo hace hoy.

Lois Balado

Alberto Abalde (Ferrol, 1995) tenía diez años cuando España se convirtió, a ojos del mundo, en una selección ganadora. Fue en el Mundial de Japón, tras vencer en la final a Grecia. Allí ya estaban Sergio Rodríguez y Rudy Fernández, quince años después de aquello, compañeros en Tokio de Abalde. También Marc y Pau Gasol, iniciando su gran historia familiar en la élite. Ahora, Alberto y Tamara protagonizan su propia saga. Hermanos, gallegos y olímpicos.

—¿Recuerda aquella final del 2006?

—Estaba viéndola por la tele, en casa, con mi familia. Me acuerdo de ese Mundial, fue espectacular. Tocaron la cima. Un momento para el baloncesto español único. Para los chavales de mi generación que empezábamos, ver a nuestra selección campeona, con grandes referencias, fue un ejemplo a seguir. Ahora tenerlos como compañeros es un lujo y un privilegio.

—Tal vez estaba viéndolo con su hermana, y ahora los dos en Tokio.

—Sí. El hecho de poder compartir unos Juegos juntos es algo que ni soñábamos. Es un honor, algo histórico para nosotros. Tenemos que disfrutarlo al máximo porque es una experiencia única.

—¿Se están viendo mucho?

—No tanto como se podría pensar. Los horarios son complicados aquí y los entrenamientos están muy estipulados. No coincidimos tanto como nos gustaría, pero pudimos asistir a la inauguración juntos y hemos tenido algún momento para pasear y tomar algún café por la Villa. Ahora, con la competición, se va a complicar. Pero la semana previa la hemos disfrutado muchísimo.

—Cuando salió la prelista, ¿confiaba en estar en los Juegos?

—Si te digo la verdad, ni pensaba en ello. Llevo un par de años que he aprendido a centrarme en el presente, intentando no hacer muchas cábalas sobre el futuro a largo o medio plazo. Cuando vives el momento es cuando realmente lo disfrutas y rindes más. Esa es la realidad.

—Podría vérselas con Durant. Se las verá con Doncic, superestrellas mundiales, ¿cómo lo afronta?

—No siento nada en especial. Son grandísimos jugadores y son retos importantes que hay que afrontar día a día. Para mí es una motivación extra enfrentarme a jugadores de esa talla.

—Cuando Ricky Rubio era el nuevo en la selección, le hacían ir a por la comida de todos a la Villa. ¿Le han hecho alguna novata?

—He tenido suerte porque este año no hay McDonald’s. Está todo más limitado aquí en la Villa por el coronavirus. No hay muchos restaurantes aparte del comedor para los atletas. He tenido suerte y no me estoy comiendo muchas novatadas. Se están portando bien.

—Japón, Argentina y Eslovenia. El grupo no es fácil.

—No. Son tres grandísimos rivales, pero es que estamos en unas Olimpiadas, aquí solo llegan doce. Es el máximo nivel y no hay nada fácil. Más si cabe con el cambio de formato, que no te permite prácticamente ningún error. Estamos muy concentrados, pensando únicamente en el primer partido.

—¿Qué papel le ha dado Scariolo?

—Los roles llegarán con naturalidad. Veremos cómo va el torneo, pero yo estoy listo para ayudar en lo que toque, sea defendiendo a un jugador o asumiendo más en ataque. O apoyando desde el banquillo. Ya lo he vivido estos últimos años en Euroliga y este año en el Madrid. Estoy preparado para sumar, porque tenemos unos objetivos muy ambiciosos.

—¿Cómo es Pau Gasol, un tipo que lo ha ganado todo, dentro del vestuario?

—Pau, además de ser un grandísimo jugador, es un lujo de persona. Siempre está dispuesto a ayudar a sus compañeros. Es un tío que da muy buen rollo en la dinámica del día a día, siempre es positivo y se le nota que está disfrutando de estos Juegos, que son especiales para él. Tener un jugador de su talla en el vestuario, es muy positivo para todos.

—¿Y cómo va de nervios? Porque ha estado en ventanas, pero esto es otra cosa.

—Sí. Siguiendo un poco esa filosofía de vivir el momento, sinceramente no estoy demasiado inquieto. Tengo ganas de que llegue el debut. Los nervios aparecerán, porque siempre llegan en las horas previas, pero de momento disfruto de los entrenamientos y de la vida en la Villa. Esto aparte de competir el día que toca hay que vivirlo. Todo. Es una experiencia única. Cuando llegue la hora de competir llegarán los nervios y la tensión. Y la verdad, lo enfoco con muchísimas ganas.

—¿Está siendo como se lo había imaginado?

—Son unos Juegos un poco diferentes por la situación que vivimos. Pero es brutal. Sinceramente. Llevo aquí casi una semana y el ambiente que se vive, de estar todos los deportistas, de todos los disciplinas, de todos los países, aquí todos juntos... Vas al gimnasio a trabajar y estás con atletas y deportistas que igual han estado en tres o cuatro Juegos y han ganado medallas olímpicas. Es un espectáculo, algo único. No hay otra competición como esta. Está todo un poco más limitado que lo normal, hay una burbuja, no se puede salir, ver partidos de otros deportes, es complicado y aún así es una competición espectacular.

—¿Qué tal la cama de cartón?

—Pues más cómoda de lo que me esperaba, la verdad. Nunca había visto una cama de cartón, pero la verdad es que no hay queja. Está resultando bastante cómoda.

—¿Hay más tensión por la competición o por un posible contagio?

—Es una situación que si te digo la verdad, estoy cansado de ella. Para poder entrar aquí pasé bastantes nervios con el tema de las PCR y demás. Di falsos positivos un par de veces y es una tensión fatal. Ahora, todos los que hemos entrado tras un montón de pruebas, la sensación es un poco más de tranquilidad. Hemos tenido que pasar controles tan rigurosos para entrar que la cosa aquí dentro está bastante más controlada. Pero ha sido una pesadilla durante este año y medio. Esperamos tener suerte los que estamos y poder competir sin ningún problema de ese tipo. Y que con las vacunas y demás vaya acabando y podamos volver a disfrutar como antes todos.