John Rahm, el rival a batir en Tokio en una gloriosa temporada

iván orio

DEPORTES

REBECCA NADEN

Los resultados del vasco, tercero en el reciente British, lo convierten en favorito al oro con permiso del potente equipo estadounidense

20 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Jon Rahm es el gran rival a batir en el programa de golf de los Juegos de Tokio. Su número uno en el ránking mundial y, sobre todo, sus resultados en los grandes del año, con cuatro Top 10, incluida su victoria en el US Open, lo convierten en el principal favorito a colgarse la medalla de oro. El vizcaíno, muy ilusionado con la cita olímpica, tendrá un duro oponente en el potente equipo de Estados Unidos. Liderado con solo 24 años por Collin Morikawa, flamante ganador del British con un golf deslumbrante, el cuadro americano cuenta también con Justin Thomas, tercer jugador del mundo, Xander Schauffele, siempre sólido y seguro, y Bryson Dechambeau, talento puro y uno de los profesionales más imprevisibles del circuito.

La competición masculina se celebrará entre el 29 de julio y el 1 de agosto y tendrá como escenario el Kasumigaseki Country Club de Saitama, a unos 40 minutos del centro de Tokio. El campo, que ya ha acogido otros eventos importantes, es una auténtica joya paisajística y está rodeado del espectacular bosque de las colinas Musashino. Pero este entorno idílico esconde sinuosas calles, repletas de ondulaciones, y también amplísimos greenes que pondrán en peligro los pares de quienes no dejen la bola a la primera en el lugar adecuado. El recorrido premiará la precisión y castigará con dureza los errores.

La carta de presentación de Rahm en Tokio es inmejorable y está sustentada en un dato que pone aún más en valor sus prestaciones durante este curso. Ningún golfista europeo hasta la fecha había conseguido encadenar cuatro puestos entre los diez mejores en los majors en una misma campaña. El vizcaíno sí lo ha hecho. Y habría que añadirle un quinto si se sumara el Masters de noviembre de 2020.

Su regularidad, la clave

El pasado abril en Augusta acabó quinto con una última jornada memorable en la que firmó la mejor tarjeta con 66 golpes. Más tarde llegó su octava posición en el PGA de Kiawah Island, donde empezó a sentir como suyo el nuevo putter que le encumbraría semanas después en el Abierto de Estados Unidos. Su reciente tercer puesto en el British de Kent ha confirmado que el de Barrika falla poco y que incluso cuando lo hace cuesta muchísimo ganarle. A estos resultados hay que sumar su exhibición en el Memorial de Ohio, que tuvo que abandonar al término de la tercera jornada por su positivo por coronavirus cuando ya lo tenía en el bolsillo.

Rahm ha logrado algo inusual en este deporte, que es la regularidad. Una estabilidad que ha sustentado en la calidad, pero también en la fe y en la fuerza mental, otros ingredientes básicos cuando las cosas pintan mal. Sus últimos nueve hoyos el domingo en el Royal St. George’s son el mejor ejemplo de esa fortaleza que le hace único. El vizcaíno había sufrido todos los avatares y no le salía nada, con el riesgo evidente de irse del torneo. Y sin embargo supo sobreponerse para encontrar la mejor versión de sí mismo y rubricar cuatro birdies seguidos que le auparon a la tercera posición final.