Italia cambia la percusión por el fútbol de viento

DEPORTES

PAUL ELLIS

Rompe con la imagen de equipo defensivo y oportunista para ganar con el balón

12 jul 2021 . Actualizado a las 17:25 h.

Esta Italia nada tiene que ver con la que vivía de la defensa y el oportunismo. El ejemplo más claro de aquella filosofía es el equipo que ganó el Mundial 82. Tampoco se parece en nada a los colectivos que entrenaba Capello, de los que se decía que nunca morirían de un ataque. Es una selección nueva, que quiere la posesión y el balón. Ha cambiado de partitura, ha dejado a un lado la percusión para abrazar la música de viento y cuerda. Y no ha dudado ni siquiera en la final.

Solo un equipo le hizo recordar el pasado. España, con su presión adelantada, con todos los riesgos que asumió para jugar en campo rival, obligó al colectivo de Mancini a dar no uno sino dos o incluso tres pasos atrás, a juntar líneas y esperar. Lo pasó mal y se salvó en los penaltis.

También tuvo que esperar al desenlace desde los once metros para conquistar el título continental. Pero con una diferencia respecto a la semifinal. Unai Simón apenas había tenido que intervenir y el gol transalpino había sido producto de una acción aislada. Ante Inglaterra Pickford acabó el encuentro como uno de los jugadores más destacados de su equipo.

Italia ha ganado con el balón en los pies, a pesar de que le costó encontrar el hilo al partido. Hasta la media hora de juego mandó la selección de Southgate, que acabó pagando el peaje de la racanería.

El conjunto de Mancini empezó a crecer en cuanto consiguió alargar las posesiones y más todavía en las secuencias en las que acompañó el dominio con una rápida circulación de balón.

Los cambios del técnico italiano no hicieron sino acentuar esa propuesta para tratar de jugar con la misma idea pero más cerca de la portería de Pickford. Y lo consiguió.

Insigne es un futbolista que quiere la pelota y sabe llevarla pegada al pie; Chiesa conduce con mucho peligro; Verratti pone orden en el reparto; Immobile, que no estuvo fino, es una amenaza con su movilidad; Jorginho es un medio centro de corte pero también de confección; los centrales, sin nadie a quien marcar, fueron ganando metros... Y así uno por uno.

La nueva Italia es un equipo que mira hacia delante, que busca la portería y el gol, que no se conforma con esperar. Empujó más que Inglaterra y, aunque tuviese que esperar al cara a cruz de los penaltis, acabó encontrando el premio.