La selección es Luis Enrique

Toni Ardá EUROCOPA2021

DEPORTES

ANDY RAIN

10 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

asi dos años después de que anunciara su despedida temporal de la selección española, Luis Enrique ha sido capaz de volver a ilusionarnos. Con solo ver la rueda de prensa previa a la semifinal contra Italia, nos damos cuenta de que todo el peso de la selección recae sobre sus espaldas. Luis Enrique disfruta en ese escenario, altísima autoestima, seguridad en si mismo, provocador. No creo que sea el perfil que debe representar a un país por medio de su equipo de fútbol, pero a todos nos gustaría ser como él. Tranquilidad, experiencia, liderazgo, chulería, se lo puede permitir, sabe más que ninguno de los que tiene enfrente y despedaza argumentos a toda velocidad. Contesta a los periodistas españoles, a los italianos en italiano, a los ingleses en inglés y, si considera que no es necesario, un silencio vale como respuesta. Estoy seguro que los jugadores lo admiran, yo también. Habla de ser fiel a su estilo, de su equipo, de motivación, de la juventud y de la experiencia, de la cercanía, del respaldo de los dirigentes, del rival. Controla todo para que los chicos solo tengan que jugar.

El líder es él, textualmente «si un entrenador no es líder, mala señal», y no deja de repetirlo en cada momento. Para construir un equipo ganador se necesita ese líder, esa persona que propone una idea y se empeña en llevarla a cabo. Luis Enrique ha discrepado con lo establecido y ha propuesto un cambio radical, ha sido capaz de dejar fuera al otro gran líder, el del campo, a Sergio Ramos, a la vez que por primera vez no ha convocado a ningún jugador del Real Madrid. Recordemos que en una temporada discreta en la Roma fue capaz de sentar a Totti, lo mismo que hizo con Messi en Anoeta. Él asume todo. Nos ha sorprendido a todos con un grupo donde casi la mitad juegan en otros países, a algunos nos ha costado ponerle cara y equipo a muchos de los nombres de la lista, pero ahí están, para el son los mejores, los defiende y los protege.

Luis Enrique ha hecho la única propuesta posible para hacer olvidar los últimos fracasos, ha asumido riesgos personales porque un posible descalabro caería sobre sus hombros, pero también ha dejado claro que los éxitos son de los jugadores.

Desde el primer día ha protegido a sus jugadores: las críticas a Morata, al error de Unai Simón, las malas sensaciones colectivas en los primeros partidos. Es una de las competencias más sobresalientes del seleccionador, sus dotes de influencia son altísimas a la vez que polémicas. A través de sus mensajes es capaz de atraer cientos de titulares sobre su figura, de esta manera y muy inteligentemente, toda la atención y toda polémica se centran en el seleccionador, liberando así a su plantilla de la tensión que provocan ciertos encuentros de fútbol. Claro está que no es el único al frente de esta selección. Su cuerpo técnico de confianza lo arropa, confía en él, y él confía en ellos. Quien no reme en la misma dirección, no tiene cabida en el barco de Luis Enrique, como quedó claro hace algo más de un año.

Pero no es fácil no estar de acuerdo en las decisiones tomadas cuando el tiempo y los resultados juegan a tu favor. Su segundo entrenador, Jesús Casas, su readaptador, Lorenzo del Pozo, su psicólogo, Joaquín Valdés, mi amigo Sambade con los porteros, y su preparador físico, Rafael Pol, quien ya fue preparador físico en Roma junto al asturiano a los 24 años de edad, estarán encantados de desarrollar su trabajo a la sombra de la gran figura de Luis Enrique. Esta Eurocopa me ha enseñado que, mientras todos los españoles temblábamos delante de nuestras pantallas, la confianza depositada en el grupo hizo que el más tranquilo fuera Luis Enrique: «Fueron los penaltis mas tranquilos de mi vida», dijo sobre la tanda contra Suiza.

Toni Ardá es director del Grupo de Investigación AGR del Departamento de Educación Física de la Universidade da Coruña