Kalvin Phillips, de la cárcel de Leeds, a Wembley

DEPORTES

JUSTIN TALLIS

Tras una terrible infancia, en la que su madre pasó hambre y su padre se convirtió en un asiduo de prisión, Kalvin Phillips comandará a Inglaterra ante Alemania

29 jun 2021 . Actualizado a las 05:15 h.

El gol postrero de Goretzka en Múnich enmudeció la retransmisión de la BBC. «Es de nuevo Alemania en Wembley», ratificó el comentarista, que se había ilusionado ya con la visita de los húngaros. Los fantasmas del pasado sobrevolaron. Inglaterra recordó las semifinales del Mundial de 1990, con los penaltis marrados por Pearce y Waddle y las lágrimas de Gascoigne, y de la Eurocopa de 1996, también en Wembley, y también entregada desde los once metros. Southgate, ahora seleccionador, falló la pena máxima decisiva, que despejó Köpke. El error le ha perseguido siempre. «Estaba en Bali, en un templo budista con mi esposa, aislado y rodeado de lagos. Un monje se acercó y me dijo: ‘Eres Southgate, el que falló el penalti».

Al seleccionador le achacan los aficionados ingleses su excesivo pragmatismo, en detrimento de un fútbol más ofensivo. Kalvin Phillips le ha regalado un capote. «Sé que todo el mundo dice que Gareth era defensa y que sus equipos son defensivos. Si se mira nuestra trayectoria en los últimos tres partidos no hemos encajado ningún gol y eso es bueno». Acostumbrado al frenesí de Bielsa, a Phillips le ha tocado volver a reinventarse. «En mi equipo marcamos cinco goles y encajamos cuatro. No sé qué es mejor».

El suyo ha sido un continuo proceso de adaptación. No solo futbolístico, también vital. Su padre, un jamaicano residente en Leeds al que apodan Chalky, se ha pasado la vida entrando y saliendo de la cárcel. «Se rodeó de compañías equivocadas, drogas, peleas, cualquier cosa que te puedas imaginar». Su madre, Lungsay, irlandesa, sufrió lo suyo. «Pasaba hambre por las noches para poder alimentarnos. Me donaban la comida en la escuela. Veía a los niños entrar con almuerzos, sándwiches y barras de chocolate. Algunos niños se reían de mí y me decían: ‘Recibes comidas escolares gratis'. Llegaba a casa y decía: ‘Mamá, ¿por qué no puedo llevar un almuerzo?'. «No podemos pagarlo». Kalvin nació trillizo pero una de sus hermanas falleció siendo todavía una niña.

El fútbol lo rescató. Ingresó en las categorías inferiores del Leeds. Tenía kilos de más. Bielsa lo puso a dieta y lo obligó a pesarse a diario. Fue clave en el ascenso a la Premier y la permanencia. Hace nueve meses, Southgate lo hizo debutar con Inglaterra en un partido contra Dinamarca. Hoy, con 25 años, es un fijo en la sala de máquinas. Su madre ya no pasa hambre. Su padre, al que visitó recientemente, sigue internado en la prisión de Leeds.