Jon Rahm derriba un muro al ganar el US Open

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso REDACCIÓN

DEPORTES

Atlas

Con una actuación soberbia y solo unos días después de superar el covid, logra su primer «grand slam», se convierte en el primer español que gana el torneo y recupera el número uno mundial

21 jun 2021 . Actualizado a las 10:25 h.

A sus 26 años y solo unos días después de superar el coronavirus, llegó el momento para Jon Rahm. Con dos birdies en los dos últimos hoyos en el campo de Torrey Pines, cerró su cuarta ronda del US Open como líder provisional. Con seis jugadores todavía en el campo, solo uno, el sudafricano Louis Oosthuizen, podía arrebatarle el título, el primer grand slam de su carrera.

El jugador vasco se enfrentaba a un desafío personal y un reto pendiente de todo el golf español, carente de títulos en el major que organiza la federación de Estados Unidos (USGA). Así que, completado un final apoteósico, se reunió con su mujer, cogió en brazos a su hijo Kepa Cahill y descorchó una tensa espera. Oosthuizen, de 38 años, no es un jugador cualquiera. Dotado de una elegancia casi natural, está sobrado de experiencias: no solo su título en el Open Británico del 2010 en St. Andrews, sino cuatro segundos puestos salpicados en los otros tres grandes. Con todas las miradas sobre sus hombros, y consciente del estruendo que había generado en el público el soberbio final de Rahm (278 golpes, -6), Oosthuizen necesitaba arañarle un golpe al campo en los últimos cuatro hoyos; y lo hizo, pero también se dejó otro en el 17 (-5) y dio al español el gran éxito de su vida, una victoria que presagia un futuro plagado de prodigios.

Desde que el jueves comenzó el US Open, Rahm había descrito una actuación de manual. Siempre cerca de la cabeza, siempre agarrándose al campo pese a las dificultades que un recorrido complicado como Torrey Pines ofrece tarde o temprano. Así que llegó a la jornada decisiva bien situado, a tres golpes de los líderes, Oosthuizen, el estadounidense Russell Henley y el canadiense McKenzie Hughes.

Un campo talismán

El dato encendió en Rahm un recuerdo. También había empezado a tres golpes del líder el Farmers Insurance Open del 2017 en el mismo escenario. Y aquella historia terminó con su primer título como profesional en el PGA Tour. Un birdie en el 9 hizo que el US Open comenzase ayer de nuevo para Jon Rahm. Consumida la primera parte de su recorrido en Torrey Pines, en San Diego (California), un solo jugador iba por delante del español, Bryson DeChambeau (-5), el forzudo que intenta instaurar un nuevo canon, el del éxito a través de los músculos. El defensor del título. Empatados con Rahm, tres grandes nombres, el ganador del PGA del 2020, Collin Morikawa, el campeón de cuatro grand slams Rory McIlroy y Oosthuizen. Solo Rahm desconocía la sensación de domar una tensión semejante con un gran título. A la pelea se unieron luego Hughes y Brooks Koepka. Y entonces empezaron a descolgarse candidatos a medida que Torrey Pines hacía su magia.

Con cinco banderas por jugar, Rahm ya estaba a un solo golpe de Oosthuizen. La pelea por el título ya era un duelo a dos. El putt le había ido negando al español demasiados birdies para lo bien que estaba jugando. Pero se los cobró, de forma muy similar, con dos golpes sutiles en los dos últimos greenes, tensos, cuesta abajo, de una precisión milimétrica que llevó el delirio a un público estadounidense que adora como a uno de los suyos al jugador de sangre caliente formado en Arizona State University.

Con el primer putt de birdie en el 17 empató con Oosthuizen, con el segundo en el 18 —después de una delicada salida de bunker— se convirtió en líder y empezó la espera. Con 26 años ya tiene lo que tantos pronosticaban, el primer grand slam como premio a un talento muy pocas veces visto sobre un campo de golf.