Atrapó el sueño del ascenso con un brillante triunfo en Granada tras un curso en el que el Pazo y el carácter y calidad del plantel vencieron mil dificultades
21 jun 2021 . Actualizado a las 23:46 h.Nadie dijo que fuese fácil. Tampoco tan difícil. El Río Breogán devuelve la gloria de la ACB a Lugo tras recorrer el sendero más largo y tortuoso hacia el éxito. El cuadro de Diego Epifanio precisó 35 partidos —ganó 28 de ellos— para sellar un objetivo con el que se ilusionó en un brillante inicio de curso y se convirtió en improbable ante el bajo rendimiento de algunas de sus estrellas durante los tres últimos meses. El equipo celeste zanjó en el momento justo su miedo a volar lejos del Pazo. Acumulaba cinco derrotas consecutivas a domicilio cuando se plantó en la cancha del Covirán Granada y sacó su mejor versión para propiciar la fiesta.
el factor pazo
Números de gigante en casa. El Breogán ganó 17 de sus 19 partidos en casa para rozar un 89,5% de triunfos que solo los dos trasatlánticos del baloncesto español, el Barça y el Madrid, superan. Sin embargo, hasta este domingo, los celestes habían sido un equipo en casa y otro muy distinto fuera. Regresaron a la ciudad nazarí con un récord de cinco derrotas consecutivas a domicilio que comprometía el objetivo del ascenso. La derrota clave contra el HLA Alicante en la penúltima jornada de la segunda fase apartó a los celestes del liderato y les arrebató el factor cancha en el play off. Visto su desempeño en las eliminatorias contra Palma y Alicante, en las que ganaron en casa y perdieron fuera, podría haber sido decisivo contra el Granada. De no ser por la brillante reacción en el partido decisivo.
UNA PLANTILLA NUEVA
Seis fichajes y otro en invierno. Tras el curso interrumpido por la pandemia, el Río Breogán realizó un notable esfuerzo para mejorar su plantilla en un curso en el que solo se puso en juego un ascenso. Solo Soluade, Sergi Quintela, Ahonen y Salva Arco se quedaron en un equipo que se reforzó con nombres muy contrastados en la categoría e incluso en la ACB. Vinieron del Palencia Kevin Larsen, uno de los mejores esta temporada, y Kacinas, Aboubacar del Valladolid, Iván Cruz del Bilbao, Erik Quintela del Palma, que cogió galones, y Sollazzo del ascendido Gipuzkoa. No todos ellos dieron el rendimiento esperado en un curso en el que las lesiones también hicieron mella, aunque finalmente fueron capaces de llevar a la nave lucense al puerto deseado. El último en incorporarse fue Israel Gutiérrez, desde el Astros de Jalisco.
De principio a fin
Un inicio de liga brillante. El comienzo de curso con diez victorias consecutivas en la LEB Oro ya hacía presagiar cosas buenas, pero el equipo de Diego Epifanio sufrió altibajos importantes. El Pazo y el carácter y calidad de la plantilla mantuvieron vivo a un equipo que realizó uno de sus mejores partidos de la temporada para sellar el ascenso.
La Copa Princesa, un premio extra en una temporada memorable de los de Diego Epifanio
Con su brutal victoria en Granada el Río Breogán cierra otro doblete en una temporada memorable. Al igual que en 2018, cuando fue campeón de liga bajo el mandato de Natxo Lezcano, el club lucense pone la guinda del ascenso a un curso que ya pintaba muy bien cuando conquistó la Copa Princesa. A esta última hazaña hay que sumarle la dificultad de que el trato alcanzado por la federación y la ACB eliminó el ascenso por vía directa para el mejor a lo largo de la fase regular y obligó a jugárselo todo en el play off.
El equipo de Diego Epifanio, que luego sufrió muchas más dificultades, protagonizó un arranque de campaña espectacular. La primera vuelta la cerró con su tercer título copero para auparse en lo más alto del palmarés de esta competición. En un partido que se celebró en el Pazo de Lugo, al tener el Breo los mejores registros, se impusieron por 85-74 a un HLA Alicante al que también encontraron en semifinales de la lucha por el ascenso. Kacinas fue el MVP.