El madrileño, de 23 años, insistió por tanto en que los motivos para dejarle fuera de Tokio son «meramente extradeportivos» y que la federación está aprovechando esta situación para «hacer una especie de venganza» contra su padre.
Tortosa ha pedido la intercesión de todos los agentes sociales, incluido el Gobierno, pero sabe que «las instituciones es muy difícil que se pronuncien, porque una federación tiene mucho peso y la decisión suya es la que vale», pero aún confía en la justicia. «Por eso seguimos luchando. No perdemos la esperanza porque creemos que se puede rectificar antes de que acabe el plazo para la inscripción para los Juegos Olímpicos», aseveró.