Creo que la idea general del debut de la selección española está muy clara: una primera parte muy buena, siendo una España con control total y generando ocasiones claras; y una segunda parte de fútbol más horizontal que vertical que le facilitó mucho las cosas a Suecia. Puede añadirse una tercera fase al partido: los 10 últimos minutos de juego en los que ya hubo más corazón que cabeza.
Luis Enrique apostó por darle la titularidad a Álvaro Morata. Al final, ver desde fuera las decisiones es difícil. Los entrenadores elegimos en función de lo que creemos y, supongo, que el asturiano esperaba ese posicionamiento de Suecia, tan replegado. Con el delantero de la Juve, buscaría intentar cortar esas transiciones suecas, que es donde más peligro pueden llevar.
Pero cuando te decantas por un tipo de jugador, los efectos secundarios que te puedes encontrar son la falta de profundidad o de gol. Luego, Luis Enrique lo sustituyó para dar entrada a Pablo Sarabia, aun teniendo a Gerard en el banquillo. Eso esta entrenado y buscaría ese falso nueve que permitiese llegar más por fuera. No funcionó demasiado y, en los últimos diez minutos, con Gerard y con centros laterales, España volvió a tener más punch.
También era interesante estar atento al desempeño de Marcos Llorente en ese lateral diestro. Al final, tal y como juega el equipo, es más un carrilero que un lateral al uso, al igual que sucede con Jordi Alba. Llorente llamó la atención y, por momentos, dejó destellos que dan una idea de la calidad que tienen las dos bandas de España.
Creo que en el apartado de buenas noticias está esa capacidad mostrada para recuperar el balón con rapidez tras pérdida. Es una de las señas de identidad que se habían perdido en las etapas precedentes y ayer la recuperaron. Volver a tener esa capacidad permitió al equipo, durante muchos momentos en la primera parte, tener el balón en su dominio, ser vertical, llegar a portería rival. En la segunda parte, ese buen hacer desapareció en gran medida. Básicamente por ese cambio de tendencia que llevó a un juego fue más horizontal en el que no hubo tantas pérdidas. Fue otra cosa.
Pero me gustó mucho la España de la primera parte. Creo que si Luis Enrique es capaz de encontrar esa versión de sus futbolistas durante más tiempo del partido, al equipo le pueden ir bien las cosas.