La Eurocopa acaba de empezar, así que conviene no caer en tremendismos. Porque además los caminos hacia el Mundial de Sudáfrica 2010 y el título continental del 2012 empezaron con un par de pinchazos: derrota frente a Suiza en Durban y empate contra Italia en Gdansk. Pero a la luz de lo visto en el estreno contra Suiza —una historia diferente a los bolos amistosos o los no menos bolos de la Liga de Naciones—,
España, más bonita que buena, tiene tres problemas.
El más obvio resulta su falta de gol. De entrada, no tiene España, quizá, a ninguno de los 10 o 15 mejores delanteros de Europa. Pero además Luis Enrique, que de tanto dejar su sello no deja pasar un día sin que le dé un ataque de entrenador, prescindió en el once de Gerard Moreno, a día de hoy el tipo más capaz de España para meter la pelota dentro de la portería contraria.
Tiene la selección un grupo de jugadores notables, bien dotados técnicamente, de un nivel alto, honrados... Pero le falta un fenómeno. Así que el juego aseado del estreno se quedó en eso.
Y, además, el clásico partido en el que una selección se da cabezazos contra el autobús del rival, ofreció también los típicos despistes en el área propia. Suecia salió poco, pero hizo daño siempre. Apenas cuatro carreras y la habilidad de Isak desnudaron algunas carencias.
La Eurocopa acaba de empezar, pero Luis Enrique ya tiene por donde corregir problemas.
