El arquero no cree que su titularidad esté garantizada ante Suecia
12 jun 2021 . Actualizado a las 10:19 h.Unai Simón no habla, tranquiliza. Ayer sopló 24 velas y su discurso destila una madurez adelantada a su edad. El portero del Athletic y de la selección transmite serenidad, calma y confianza en sus posibilidades y en las del equipo. Parte con ventaja para ser titular el lunes ante Suecia, pero no quiere lanzar las campanas al vuelo y alaba el talento de De Gea y Robert Sánchez. Sabe que será observado al detalle y lo asume con naturalidad.
—¿Qué significa estar en la Euro y con todas las papeletas para ser el titular de la selección?
—Es poner la guinda al pastel, a un trabajo bien realizado durante dos temporadas en el Athletic. Llevo tres campañas con el equipo, pero el primer año jugué siete partidos. En estos dos últimos sí he dispuesto de más minutos. Lo que toca es disfrutar.
—La concentración empezó bien, pero todo se torció con el positivo de Busquets.
—Fue un palo muy gordo. Habían pasado ya seis días y entendíamos, sin bajar la guardIa, que no íbamos a tener positivos. El caso de Sergio nos impactó porque habíamos interactuado con él, dentro de las medidas establecidas, y teníamos el temor de ser contagiados. Luego lo piensas y te das cuenta de que haces lo que te piden y que respetas todas las medidas higiénico-sanitarias.
—Vacunarse es una garantía. ¿Tranquiliza?
—Claro que tranquiliza. Antes hablábamos de limpiar la cabeza de ciertos pensamientos. Si a eso le añades que te has vacunado, pues vives más tranquilo. No solo por mí, sino por todos los compañeros y el cuerpo técnico. Vacunarse nos hace estar más tranquilos a la hora de competir y de relacionarnos entre nosotros.
—¿Hasta qué punto les perjudica no entrenar juntos en los días previos al debut con Suecia?
—Lo que condiciona es el tema de los vídeos y el análisis del rival. No podemos estar en espacios cerrados. Pero en el campo hacemos ejercicios tácticos, con medidas de separación, que llevamos bien. Nos estamos adaptando, entendemos las ideas de Luis Enrique. Son cosas trabajadas y las remarcamos en el campo. Los conceptos están claros.
—Luis Enrique es optimista. Sostiene que España es una de las favoritas.
—Sí. Si le digo la verdad, no sé hacer las comparaciones con selecciones como Alemania, Inglaterra o Bélgica... Ellos [el cuerpo técnico] les han visto. Pero si lo dice el míster será así. España siempre ha sido una de las mejores selecciones europeas y el grupo que tenemos es muy bueno para competir por ganar.
—¿Rivales a batir?
—Por ahora, Suecia, Polonia y Eslovaquia. Luego ya se verá.
—Personalmente, ¿cómo se ve?
—Bien. Llevo dos años jugando de continuo en Primera División. El año del debut lo dejaría al margen. He tenido una temporada muy buena y otra, buena. Llego bien de moral, con la confianza del míster, del entrenador de porteros, de todo el staff y de los compañeros. Me suele importar muy poco lo que se dice fuera. Estoy tranquilo y convencido de que haremos una buena Eurocopa.
—Es inmune a las críticas.
—Inmune, inmune, tampoco. Considero la posición de portero más psicológica que física. No trabajamos tanto físicamente como el resto de los jugadores, pero mentalmente tenemos que estar preparados para muchas situaciones que nos tocará vivir a lo largo de nuestra carrera. Me gusta escuchar las opiniones de todo el mundo, pero luego yo tengo la mía y es la que vale. Y las de Luis Enrique y de Marcelino. Son las que me importan de verdad.
—Contra Portugal fue la primera elección de Luis Enrique. ¿El camino hacia la titularidad está despejado?
—No. Conociendo a Luis Enrique, puede optar por cualquiera de los tres porteros. David [De Gea] es un portero de garantías y Robert Sánchez para mucho. Es muy bueno bajo palos. Salga quien salga dará su mejor versión.
—¿Es consciente de que será observado con lupa?
—Me imagino que seré mirado con lupa. Llevo siete partidos y en los siete ha habido opiniones de todos los colores. Pero las que cuentan son las de los entrenadores y la mía. Puedo escuchar las del resto, pero es difícil que me saquen de mi camino.