El Chelsea jugó su final y la ganó

Iván Cancela

DEPORTES

HUGO DELGADO

Opinión de Iván Cancela

29 may 2021 . Actualizado a las 23:52 h.

Manchester City y Chelsea llegaban a la cita portuguesa con la pretensión de alcanzar la orejona y la gloria europea. Se antojaba a priori un partidazo que lo tenía todo: estadio do Dragao en perfectas condiciones, Mateu Lahoz impartiendo justicia, dos grandes equipos, jugadores extraordinarios en todas las líneas, escuadras que se conocían a la perfección y dos de los mejores entrenadores del mundo: Guardiola y Tuchel, que plasmaban en la pizarra dos disposiciones diferentes.

Tercera vez que equipos ingleses se enfrentaban en una final, ya que anteriormente Manchester United y Chelsea, así como Liverpool y Tottenham ya se habían visto las caras por el título de Champions. Los skyblues, campeones de la Premier League y de la Carabao Cup, e invictos en la presente Champions, partían como favoritos, aunque habían perdido sus dos últimos duelos con los blue.

El comienzo del partido y lo que restaba de primera parte no defraudó a los espectadores (dudo si a los entrenadores), ya que fue un ida y vuelta donde se impuso el juego de transición al de posición, estampando el sello de la cuna del fútbol mundial. En el minuto 42 llega el primer gol de Havertz para el Chelsea en una oda al juego vertical.

Tras la reanudación, el partido redujo ese intercambio de golpes y se fueron produciendo continuas modificaciones en el dibujo de ambos equipos. El City mantenía el control del balón pero sin generar claras ocasiones de gol. Los de Guardiola fueron asumiendo riesgos con el paso de los minutos y los de Tuchel seguían al acecho para aprovechar los espacios con frenéticas transiciones y con un omnipresente N´Golo Kanté. Los últimos minutos del City fueron un quiero y no puedo, teniendo que recurrir a medios ofensivos poco habituales. El Chelsea jugó y ganó su final optimizando recursos y virtudes y minimizando las de su rival. Justo vencedor.