El «sterrato» cambia el escenario del duelo entre Bernal y Evenepoel en el Giro

J. Gómez Peña COLPISA

DEPORTES

LUCA ZENNARO

Con 35 kilómetros sobre caminos de tierra y con posibilidad de lluvia, la decimoprimera etapa pone a los favoritos ante un día lleno de peligro

18 may 2021 . Actualizado a las 21:08 h.

Pocas veces como este martes los ciclistas repasaban el pronóstico meteorológico. «Nublado y posibilidad de lluvia», amenazaba. Una predicción así te deja en duda. Porque no es lo mismo la etapa de este miércoles con agua o en seco. Con barro o con polvo. Tras la jornada de descanso de este martes, llegan al Giro el día del sterrato y la incertidumbre que provoca un recorrido que lo puede cambiar todo como hizo en la edición de 2010. Entonces llovió. Mucho. Y ganó Cadel Evans, barnizado de tierra empapada que hacía insivible su maillot arcoíris.

Este miércoles les toca a otros medirse en los 162 kilómetros que van desde Perugia a Montalcino. Los caminos de tierra prensada esperan en los 70 kilómetros finales, repartidos en cuatro tramos que suman 35 kilómetros. El primer segmento es el más peligroso. Habrá nervios y pelea sin piedad para ganar la posición. Ese tramo, además, tiene una bajada. A lo loco sobre el sterrato, que puede ser un lodazal o túnel de polvo.

Cambia, pues, el escenario. ¿Cambiará el duelo del Giro? Hasta ahora, Egan Bernal, que es el líder, y Remco Evenepoel han sido los más completos. Les separan apenas 14 segundos. Vlasov les acecha a menos de medio minuto.

Y por debajo del minuto de distancia están Ciccone, Carthy, Caruso, Daniel Martin y Simon Yates, que suele ir de más a menos pero que en esta ocasión quiere cambiar el sentido de sus fuerzas. Marc Soler no anda lejos, a 1.21. Es su ocasión para probar que da la talla como líder en una gran vuelta. Y Pello Bilbao, sin casi opciones en la general, se dividirá en dos misiones: «Ayudar a Caruso y buscar algún triunfo de etapa».

El sterrato es sinónimo de espectáculo. Egan Bernal rodó sobre estos senderos blancos en la pasada Strade Bianche. Le fue bien. Acabó tercero. A Evenepoel, como a la mayoría de los belgas, le excitan los caminos irregulares, sean de pavés o de tierra. Los dos, tan jóvenes, vienen de largos procesos de rehabilitación tras su lesiones. Por edad y talento estaban destinados a enfrentarse. Este Giro es su primer combate. «Nos estamos divirtiendo», bromeó este martes el colombiano.

«Remco nos ha sorprendido»

Bernal empieza a sentirse más ligero. Como si el dolor de espalda se hubiera aletargado. Se ha reencontrado y se ha vestido de líder en la primera mitad del Giro, la que menos le convenía. «Estoy con confianza, ahora vienen las ascensiones largas y se producirán más distancias de tiempo», señala. Está sorprendido con su buen nivel. «No hice entrenamientos de tanta calidad por los problemas de espalda. A lo mejor, llegar con menos preparación me da más frescura para la fase final», confía.

No le teme al sterrato. Tiene al Ineos para protegerle. Más le preocupa Evenepoel. «Remco nos ha sorprendido a todos. Después de ocho meses sin competir, rendir a este nivel quiere decir que ha realizado un gran trabajo. Se ve que quiere conquistar el Giro, eso es algo bueno para el ciclismo», concede. Al otro lado del cuadrilátero, Evenepoel no se tapa. Al revés. Le va la marcha. «Si no creyera que puedo ganar el Giro, no habría venido», lanza. «No siento presión. Simplemente, soy feliz por estar aquí después de lo que he pasado, añade. Y deja una frase que bien podría ser de Eddy Merckx: «Si eres un ganador, quieres ganar todos lo días».