La Liga acaba en alto

La Voz

DEPORTES

JUAN MEDINA

El pulso entre el Atlético y el Real Madrid se sostiene hasta la última jornada, a la que el conjunto colchonero llega con ventaja de puntos, ánimos y efectivos

18 may 2021 . Actualizado a las 09:19 h.

Toni Kroos tampoco estará ante el Villarreal. El Real Madrid confirmó ayer el positivo por coronavirus del alemán, que reincide en su condición de baja tras no haber podido participar en el duelo de San Mamés. Allí, el conjunto blanco sufrió (y venció) con lo puesto, exprimiendo un polémico gol de Nacho (por posible fuera de juego de Benzema) que compensaba el penalti no señalado por mano de Morcillo. La polémica arbitral ha animado el final de curso del Madrid: acostumbrado a avivar la manía persecutoria entre la hinchada, a imagen y semejanza de su gran rival el Barcelona, el conjunto de la capital esgrime ahora un rosario de presuntas decisiones erróneas de los colegiados que habrían lastrado la progresión merengue. Una piedra más que sumar a la cantera de infortunios en forma de lesión o contratiempo que amenazan con liquidar la épica remontada liguera y dejar a los de Zinedine Zidane sin títulos en la que se especula como última temporada del técnico francés en el cargo.

La Copa del Rey se esfumó pronto y el idilio con la Champions no pasó de semifinales, aunque queda el alivio de haber sido el último equipo español en liza. La Liga se convirtió en baza exclusiva; la más difícil a priori. Triunfar en el campeonato de la regularidad con un plantel propicio al accidente que a la altura de la jornada 21 aún veía al Atlético a 11 puntos de distancia. A pocos minutos de concluir la 37, la remontada parecía resuelta. Había marcado Nacho y había marcado Budimir. Los del Bernabéu adelantaban a los del Wanda, a los que ni siquiera servía un empate frente al Osasuna. Pero entonces apareció Renan Lodi para enjugar su error en el gol navarro y después Suárez, empeñado en festejar con un título su salida del Barça. El uruguayo puso el 2-1 y devolvió el liderato a los colchoneros, que si vencen al Valladolid en Zorrilla encadenarán veinte jornadas en la cima.

Un ejercicio de resistencia durante el que Simeone dio un giro al sistema para adaptarlo a su nuevo referente ofensivo y el Atleti fue menos Atleti por un tiempo. Acabó enero con seis tantos a favor más que el vecino y a solo uno del Barça, máximo realizador del torneo. Ahora los azulgrana están siete puntos por detrás, pero 19 goles por delante. Pesaron las ausencias de Suárez y Tripier, y también la falta de fluidez de un conjunto en el que solo Oblak, Savic y Llorente han rendido sin apenas altibajos, con el español liderando al grupo desde cualquier posición en el campo.

Diferente empleo de recursos

Como casi todos los clubes, el rojiblanco acusó los rigores de la pandemia y del apelotonamiento del calendario y las lesiones y los contagios le fueron privando de piezas importantes en momentos clave. Al Cholo le penalizaron su querencia por las plantillas cortas y su alergia a las rotaciones, que tan frecuentemente enmascara mentando una falta de músculo que desmienten las operaciones de cada verano. 120 millones de euros costó Joao Félix, que arrancó el curso como un tiro pero solo ha sido titular en tres de los últimos 16 encuentros ligueros. Kondogbia, Herrera, Torreira o Dembele han participado mucho menos. Vitolo apenas lleva una hora de juego desde el encuentro con el Valladolid de la primera vuelta.

Lunares de una campaña irregular para los que su entrenador está cerca de recibir la bula del título. El rival por el premio ha precisado emplear más recursos y de ese empeño quedará al menos el legado de un puñado de canteranos con buena pinta y varios jóvenes rodados como primeros espadas pese a sus limitaciones. Insuficiente bagaje hasta el momento para no cerrar la campaña de vacío. Queda el domingo y acaba en alto.

Xavi, en Barcelona en el peor momento de Koeman

Una vez que el Barça dimitió de la pelea por el título de Liga con la derrota ante el Granada y los empates frente a Atlético y Levante, Ronald Koeman era el que más se jugaba en las dos últimas jornadas contra el Celta y el Eibar. Lo tenía fácil. Está tan agradecido el barcelonismo a su gestión valiente en una temporada complicada que con un par de vistosos encuentros y resultados favorables habría bastado para quedarse con lo bueno y dejar a un lado lo malo. Tras el descalabro deportivo del pasado curso y la crisis económica del presente, tiene un gran valor haber conquistado la Copa del Rey y haber remontado en la Liga para no hacer el ridículo fuera de la zona de Liga de Campeones. Ver a Messi enchufado con sus 30 goles saliendo de una depresión también tiene mérito. Pero el técnico holandés no va a acabar el curso con esas sensaciones positivas que parecían un trampolín hacia su continuidad, respetando el contrato firmado hasta el 2022. En un par de meses se le ha desmontado la coartada.

La sintonía con Laporta

Joan Laporta ya no estaba convencido. No es un fichaje suyo, sino del señalado Bartomeu, y la tentación de limpiar todo lo que huela a esa etapa es imparable. El gusto de Koeman por el 3-5-2 se entiende desde el cruyffismo incondicional de Laporta como una traición a la filosofía del club. Pero también estaba el presidente por la labor de premiar el gesto que tuvo Koeman aceptando el banquillo en un momento que quemaba tanto que hasta Xavi Hernández se escaqueó en Catar. Cosas del destino, el exjugador azulgrana y actual entrenador del Al Sadd aterrizó ayer en Barcelona para pasar sus vacaciones justo en el momento en el que el técnico holandés está en la cuerda floja ante la evidencia de que se le acabó la capacidad de motivar a sus jugadores en este tramo final, con resultados inaceptables como el 1-2 ante el Celta.

Además, preocupa especialmente que todo el optimismo que había sobre el futuro de Messi se haya transformado en pesimismo al comprobar el argentino que sigue remando solo en un Barça muy pobre en recursos tácticos y en fondo de armario. Koeman ha exprimido a jóvenes como Pedri y Dest, no ha sabido decir a Piqué que ya no estaba para jugar cada partido y ha marginado a futbolistas que como mínimo podrían haber dado aire fresco como Riqui Puig, Junior o Pjanic.

La pasada semana se reunieron Joan Laporta y Ronald Koeman en una comida convenientemente anunciada a los medios de comunicación, que así pudieron informar del buen talante del presidente hacia la continuidad del holandés. Pero bien haría el entrenador en no fiarse. Xavi ya está aquí y esta vez el banquillo ya no quema tanto.