El Principito Griezmann al fin sonríe y se saca el peso de los 135 «kilos»

DEPORTES

PABLO MORANO

Estuvo a punto de dejar el fútbol de adolescente porque los clubes franceses no lo querían por su baja estatura, su desembarco en el Barcelona no fue sencillo y atraviesa ahora su mejor momento

07 may 2021 . Actualizado a las 18:17 h.

Cuando Éric Olhats, entonces captador de jóvenes talentos de la Real Sociedad, a las órdenes de Roberto Olabe, se fijó en Montpellier durante un torneo en un delantero cadete, Antoine Griezmann (Mâcon, 1991) se había planteado abandonar: «Me dieron ganas de dejar el fútbol», dijo en su biografía. El Auxerre había renunciado a su fichaje tras una radiografía de muñeca que utilizaba para predecir la altura que podía alcanzar un niño. Griezmann se quedó en el metro con 76 centímetros. Antes lo habían rechazado el Lyon, el Sochaux, el Saint Etienne y el Metz. En la resaca de la Francia campeona en 1998 y el 2000, los clubes buscaban otro Henry, otro Vieira. Aquel combinado galo tenía una altura media de 1,84 y Antoine no daba la talla.

La Real apostó y aquel niño flaquito y desgarbado, rubio platino, con pinta de surfero y botas verdes, que se ganó el apodo de Principito por su parecido con el personaje de la novela de Saint-Exupéry, despuntó hasta convertirse en una de las sensaciones de la Liga. Marcó 53 goles en 202 partidos y el Atlético se lo llevó en el 2014 por unos 30 millones de euros. «Ya como en la misma mesa de Messi y Cristiano», se despachó en el verano del 2018, convertido en estrella colchonera y cuando ya se barajó su pase a un Barcelona convaleciente tras la marcha de Neymar. Se fue al Camp Nou al año siguiente, previo pago de 135 millones de euros. Le pusieron una cláusula de 800.

Su adaptación y su rendimiento en Barcelona generó dudas y habladurías. Los dardos apuntaron a Messi. «Es el régimen del terror», se despachó Olhats, convertido en agente. «Es tanto emperador como monarca y no recibió con buen agrado la llegada de Antoine», reclamó el tío del jugador. Griezmann se vio obligado a desmarcarse. «De mi tío no tengo ni su wasap y con Eric llevo tres años enfadado desde que no vino a mi boda».

Antoine resistió. Atraviesa, desde su desembarco en Barcelona, su momento más dulce. Marcó en los últimos cuatro partidos. Lleva 19 tantos entre todas las competiciones. El 5-3-2 de Koeman le ha hecho cómplice de Messi. En el último triunfo en Mestalla, Leo hizo doblete y Griezmann anotó el otro. Al acabar el partido, Messi buscó sonriente al francés y resopló: «Menos mal».