Jan Oblak, el esloveno que quiere recuperar su trono como cerrojo de la Liga

DEPORTES

MARCELO DEL POZO

Recorría más de 40 kilómetros en bici para entrenar siendo juvenil, le costó ganarse la portería del Atlético y ante el Barcelona cumple su partido 300

07 may 2021 . Actualizado a las 18:14 h.

Tras cuatro temporadas consecutivas como el portero menos batido de la competición doméstica, Jan Oblak (Eslovenia, 1993) cedió la consideración a Thibaut Courtois en la pasada. Ambos tienen ahora cuatro partidos para dirimir un pulso en el que el atlético parte con una ligera ventaja. En 34 partidos, le han marcado 22 goles. Al belga, dos más. Oblak ya sabe lo que es convivir con la sombra de Courtois en el retrovisor. Se tuvo que enfrentar a ella cuando llegó en el 2014 al Atlético del Benfica a cambio de 16 millones de euros. «No vengo a sustituir a nadie», dijo en su presentación, cuestionado por la marcha de Thibaut. Tenía 21 años y tardó en ganarse la confianza de Simeone, que apostaba por Moyá.

Su travesía a la sombra del balear se prolongó tras su debut en un partido de Champions ante el Olympiacos griego. El Atlético cayó 3-2 y Oblak no estuvo certero. Las dudas sobre su fichaje se dispararon. Seis meses después solo había participado, además de en aquel duelo continental, en un par de partidos de Copa. El 17 de marzo del 2015, en los octavos de final de la Champions contra el Bayer Leverkusen, Moyá se lesionó en el minuto 22. El Atleti igualó la eliminatoria (1-0) y se plantó en la tanda de penaltis impulsado por los aciertos del esloveno. Fallaron Toprak y Kiessling y Oblak detuvo una pena máxima a Çalhanoglu. Desde entonces, el marco rojiblanco lleva su nombre. Ante el Barcelona alcanzará su partido 300. Es el segundo capitán, tiene una cláusula de 120 millones, y el Cholo lo ha definido como «el Messi del Atlético».

El meta empezó su carrera en el Olimpija de Lujubljana. El domicilio de su familia distaba más de 20 kilómetros del campo. Siendo juvenil, pedaleaba entre ida y vuelta un maratón diario para entrenarse. En su casa, el deporte era plato principal. Su padre, Matja?, también había sido portero, aunque no pasó de categorías modestas. Su hermana mayor, Teja, es la base de la selección nacional de Eslovenia y del ZVVZ USK de Praga. Jan también es aficionado al baloncesto. Durante su etapa en Madrid, su compatriota Luka Doncic era una de sus compañías habituales.

Si Oblak certifica su retorno al trono como portero menos batido, igualará a Ramallets y a Valdés en la cúspide de la historia de la Liga. Nadie ha repetido más de cinco veces.