Arnar Björnsson: «Quiero pensar que era la persona adecuada en el momento justo»

DEPORTES

CESAR QUIAN

El islandés asimila conceptos a contrarreloj para sumar de cara al «play-off»

05 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En una mañana soleada al lado de la playa de Riazor, un islandés y un vasco conversan junto a sus respectivas bicicletas después de entrenar al baloncesto. Gaizka Maiza se marcha en su Orbea ochentera, haciendo patria. Arnar Björnsson se queda porque tiene su primera cita con la prensa local. «Solía ir andando todo el rato y le acabé pidiendo a Edu Seoane (fisio del club) si podía conseguirme una. Disfruto saliendo en bici, así caliento un poco antes de entrenar», dice.

Él ha sido la última pieza de ese gran mapamundi que es la plantilla del Leyma Coruña en llegar a la ciudad. Lo hizo para suplir a Pecius tras su grave lesión y se dedica a tratar de absorber todo lo que puede. Pregunta por el Liceo tras reconocer que solo conocía el hockey sobre hielo y parece sorprendido cuando se le informa de la dimensión del club verde en España y en Europa. Alucina también cuando se le comenta que, si su equipo gana en Almansa, el Leyma logrará firmar su mejor racha de siempre en la LEB Oro con seis victorias. Y no da crédito cuando, tras reconocer que Javi Vega fue el compañero que más le sorprendió por su nivel de baloncesto, se le explica que el año pasado estaba jugando las semifinales de la ACB contra el Barcelona: «Es mucho mejor jugador de lo que esperaba. Los primeros días, cuando lo veía moverse, me empecé a fijar. Luego comenzó a tirar y las encestaba todas. Lo hace todo bien».

Esa actitud de querer aprender la traslada también al baloncesto y a su nuevo club. «Creo que es un equipo muy bien entrenado, todo el mundo sabe cuál es su rol. Defensivamente, es el mejor de toda la competición, el más físico de todos. Estoy aprendiendo mucho y de verdad que estoy disfrutando mucho esta experiencia. Creo que podemos hacer grandes cosas», asegura mostrando su ambición.

—¿Grandes cosas?, ¿usted cree?

—Sí, seguro.

—Mucha presión es eso, ¿no?

—Creo que nos gusta la presión.

Ahora o nunca

Del 0 al 10, ¿cuánto está de feliz Arnar Björnsson en la ciudad? «Tengo que decir que cerca del 10. ¿Un 8? ¿Tal vez un 9? Estoy en un sitio con buen tiempo, en una ciudad bonita, disfruto entrenando con el equipo así que sí, ahora mismo, me siento genial», dice. No llega al excelente porque es duro tener que dejar en su país a su novia y a su bebé de ocho meses. «Ojalá pueda quedarme la próxima temporada y me los pueda traer. Que vivan lo que yo estoy viviendo», explica esperanzado.

CESAR QUIAN

Hasta ahora, en su breve carrera tras salir de su hogar —Canoe y Leyma son sus dos únicas experiencias fuera de Islandia—, le ha tocado el papel de relevista. En Madrid fue fichado como comodín ante las lesiones; en A Coruña, más de lo mismo. Pero se niega a pensar que su papel en el baloncesto profesional se reduzca a eso. «Prefiero pensar que era la persona adecuada en el momento justo. Cuando llegué a Canoe, estaba jugando en Islandia pero se paró la Liga por el covid y decidí tratar de ir a algún otro sitio. Me dije, tengo casi 28 años y puede ser mi última oportunidad para probar esto a nivel profesional. Me salió la oportunidad en Canoe y fue una primera experiencia dura, pero estaba agradecido de haber llegado a España. Entonces llegó la llamada del Leyma. Me hizo realmente feliz», se sincera admitiendo que fue toda una sorpresa, ya que no conocía la normativa de poder fichar tras lesión.

«Las grandes defensas ganan campeonatos»

Reconoce que no conocía absolutamente nada de la ciudad antes de buscarla en Google tras la llamada de su agente. Y que se puso feliz al ver que en su destino había playa. Asume que estaba contaminado con ciertos tópicos sobre España pero dice haber contrastado otros: «Sabía que es un país que se toma las cosas con calma. Y es algo que me gusta. No hay muchas preocupaciones, nadie parece especialmente estresado y creo que eso tiene que ver con el clima. Cuando el clima es agradable, la gente es más feliz». Lo dice recordando que, durante el invierno islandés, la gente no anda demasiado animada durante las tres horas de luz de las que disfrutan al día.

El combo nórdico

Björnsson, que llegó para suplir a un base, se define como un combo, que es el término para ubicar a esos jugadores que se mueven entre el puesto de uno y el de escolta. «A eso he jugado toda mi vida, controlar mejor el juego es algo que es verdad que tengo que desarrollar para saber encontrar a los jugadores en las posiciones precisas y crear ataque», apunta como deberes.

Evidentemente, su físico no es el de Pecius. Él es más bajo y más ligero, pero está convencido que puede aportar en defensa —en ataque, por supuesto—.

El islandés interioriza conceptos a contrarreloj para aportar cada vez más en los dos lados de la pista y tiene fe ciega en la idea de defensas intensas y juego rápido de Sergio García. «Jugamos grandes defensas. Y se dice que las defensas ganan campeonatos. Si seguimos jugando así, tenemos una gran oportunidad de ganarlo todo», vaticina.