«Me cuesta encontrar otro deporte en el que los deportistas tengan que operarse de algo porque el cuerpo no aguanta. Está pasando mucho en motoGP. Es una de las penitencias que tenemos que pasar además de las lesiones, hay que pasar por el quirófano para tener que practicar nuestro deporte y eso que parece un poquito marciano si se lo cuentas a alguien forma parte de nuestro trabajo al final. No es bueno ni saludable, pero es lo que hay». Un análisis en el que coincide con su hermano Aleix, que está valorando volver a operarse. «No es cosa de Jerez, es que las motoGP son cada vez más y más rápidas, tienen más carga aerodinámica y más potencia. Nosotros no somos máquinas, somos humanos. No sé cómo podemos mejorar. Me encanta la preparación física, me encanta entrenar y hacer diferentes cosas para estar en forma, pero no sé cómo entrenar esto. Hace más de diez años que me operé y he hablado con el doctor Charte (NdR: jefe de los servicios médicos del campeonato), y quizá tenga que volver a operarme. Tendré que hacerme pruebas en los próximos días, porque hoy he sufrido y no es normal, ya que nunca me ha pasado eso en Jerez».