Una victoria de las que llenan de ilusión

DEPORTES

César Quian

El Leyma somete al Granada por 82-64 en un gran partido del equipo

18 abr 2021 . Actualizado a las 21:02 h.

La clasificación matemática para el play-off tendrá que esperar. El Leyma hizo su trabajo ante el Granada pero la victoria del Valladolid ante Alicante deja el pase a tiro de una victoria. Pero si algo le quedó claro este domingo al Leyma es que tiene que seguir ganando partidos. Porque, tras meses acostumbrado a un silencio casi sepulcral en el pabellón, solo interrumpido por los gritos desde el banquillo, los 300 aficionados que hubo en la grada ante el Granada sonaban como una cancha serbia. Volvieron los tambores, volvieron los cánticos —mayoritariamente emitidos de un fondo especialmente ruidoso al que le costaba por momentos lo de guardar las distancias, la mascarillas y demás— llevaron al equipo en volandas. Queda claro, por si a alguien se le había olvidado tras tantos meses de pandemia, que la ventaja de campo es fundamental en este deporte. Y, en los partidos que restan, la misión del equipo será asegurársela ante futuros cruces.

Sobre el parqué, el partido no empezó especialmente bien para los de Sergio García. Con un parcial de 2-9 de entrada y ver a Zach Monaghan con dos faltas nada más empezar, es fácil caer en el nerviosismo. Pero una de las virtudes, quizás la más valiosa, de este Leyma es que muy rara vez le pierde la cara al partido. Aceptó el intercambio de golpes y fue creciendo. Primero remontando esa renta con un gran Maiza como sustituto de Monaghan. El primer cuarto lo acabó un punto por debajo en el marcador (18-19). En el segundo, fue el propio Maiza el que firmó la primera ventaja de la tarde en el electrónico y cuando los naranjas ya ganaban por cuatro (26-22), a falta de algo más de cinco minutos para el descanso debutó Björnsson. Coincidiendo con la entrada del islandés el Leyma se puso intenso. Muy intenso, sacando a relucir todo ese catálogo de virtudes en los dos lados de la cancha que no pudo dejar ver en Granada. Y comenzó a dispararse en el marcador a base de minar la moral de su rival con rebotes en ataque y forzando pérdidas. Al descanso la ventaja era ya de 14 puntos. En el tercer cuarto se fue hasta los 20 con Belemene y, sobre todo, Nwogbo dando un ejemplo asombroso de hasta donde puede llegar la naturaleza humana.

Al final del tercer cuarto, con un parcial de 2-11, el Granada puso en peligro el trabajo y, sobre todo, el basketaveraje particular —que ahora beneficia al Leyma—, pero los coruñeses no se pusieron nerviosos viendo como la brecha en el marcador se reducía y un nuevo impulso decidió el partido. No solo se ganó, la realidad es que los coruñeses le dieron una paliza al que llegaba como segundo mejor equipo de toda la competición.