Raquel Carrera o la virtud de no dejar de creer hasta el final

DEPORTES

FEB / ALBERTO NEVADO

La pívot ourensana habla de confianza e ilusión tras lograr, con dos tiros libres en el último segundo, la Eurocup para el Valencia

14 abr 2021 . Actualizado a las 10:08 h.

Raquel Carrera (Ourense, 2001), la pívot gallega del Valencia, se convirtió en protagonista, a sus 19 años, de la final de la Eurocup femenina, al recibir una falta y anotar serenamente dos tiros libres que dieron la ventaja final, por un punto, a su equipo. Un éxito que saborea la joven jugadora en un año importante para su carrera, tanto en el club de Liga Femenina como en la selección absoluta, con el Eurobasket y los Juegos Olímpicos en perspectiva. Sus experiencias formándose en Galicia, los partidos perdidos, la confianza recuperada por el equipo tras perder la Copa de la Reina, son temas que repasa la jugadora gallega en una conversación telefónica dos días después de conseguir el título. Reconoce que el fin de semana fue intenso. «Todavía estamos un poco en shock por haber ganado de esa manera», reconoce la joven ourensana, a la que le está costando más la faceta pública que la deportiva. Habituada a jugar partidos importantes, se mueve mejor en la cancha que en los reconocimientos y el seguimiento mediático: «Después de todo, jugar lo llevo haciendo mucho tiempo y lo de los medios me cuesta más, pero hay que agradecer el apoyo de la afición, que no ha dejado de creer hasta el último segundo».

Si algo se ha destacado de su papel clave en la final, fue su seguridad y serenidad. Pero, ¿qué se le pasó por la cabeza cuando tenía la Eurocup al alcance de dos libres? «En lo único que pensaba era en la ilusión de conseguir el primer título y en meter esos tiros. Las jugadoras creyeron en mí y jugaron para mí en el último segundo. Yo también tenía que creer», repasa la jugadora del Valencia, que se enfrentó al difícil momento de asimilar, con el tiempo casi agotado, que las del Reyer Venezia acababan de anotar. De ese momento de tensión y de lo que vino después, ha sacado una lección: «Este partido demuestra que no hay que dejar de creer hasta el final, es lo bonito de este deporte».

A pesar de su juventud y de lo que se estaba jugando con su equipo, Raquel Carrera se situó en la línea de tiros libre. Concentrada y tranquila, ¿se nace o se hace? «Es muy difícil de entrenar eso —reconoce la ourensana— porque no se puede saber cómo se llega a ese momento. Pero he jugado bastantes finales, partidos de ascenso, y esta vez salió cara». «Cada partido que juegas te ayuda. He jugado partidos de ascenso, que he perdido, como en la fase que jugué contra Valencia. Ahí fallé dos tiros libres a falta de un minuto, que no eran decisivos, pero haber pasado situaciones así ayuda para las siguientes veces», explica.

¿Eurobasket y Juegos Olímpicos? «No se puede dar nada por hecho»

Con solo 19 años y con un hito deportivo como la Eurocup en su currículo, Raquel Carrera no duda a la hora de dedicar un partido en el que su papel fue clave para la victoria. «Hay muchas emociones. Para dedicarlo, se lo dedicaría a mi familia. Habíamos perdido la final de la Copa de la Reina, costó volver a tener confianza y volver a creer, pero la familia siempre apoyó y en este partido el equipo nunca dejó de creer durante los cuarenta minutos».

Lo que a nadie se le escapa es que con esta actuación y con este resultado, la ourensana puede ver afianzada su posición en la selección absoluta que dirige Lucas Mondelo, cuyas raíces familiares están precisamente en Ourense. En el horizonte, el Eurobasket y los Juegos Olímpicos. Pero Carrera es cauta y su único mensaje es el del esfuerzo. «No se puede dar nada por hecho. Todo el mundo trabaja para estar ahí. La selección tiene muy buena plantilla. Yo trabajo a diario para estar entre las doce o quince seleccionadas. Habrá que ver cómo se resuelve el final de liga, que supongo que influirá. Avenida o Girona tienen una representación grande y será importante hacer un buen final».

La pívot, tras la victoria en Hungría, también hace el ejercicio de mirar por el retrovisor. Y lo que ve es Galicia. «Los cuatro años en el Celta me sirvieron mucho, tanto en las categorías inferiores como en Liga Femenina 2. Tuve entrenadores que me ayudaron y aún me siguen ayudando. Como también antes, en Ourense, cuando jugué en el Pabellón y en Josefinas. Tengo ilusión de volver a mi tierra en un futuro». Y aunque está claro que, con su edad, todavía le queda mucho por delante, ella tiene los pies en el suelo: «He firmado un contrato largo en Valencia, y me ayuda estar aquí con jugadoras tan buenas y que me apoyan tanto».