Carlos Arévalo se gana el derecho de acudir a los Juegos de Tokio

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Real Federación Española de Piragüismo


El betanceiro se impuso en las dos series del selectivo del K1 200, en ambas con el bicampeón olímpico Saúl Craviotto segundo

05 mar 2021 . Actualizado a las 16:41 h.

Carlos Arévalo se ganó en la mañana de este jueves el derecho a representar a España en la prueba del K1 200 en los Juegos Olímpicos de Tokio programados para este verano. El palista del Ría de Betanzos se impuso en las dos series en las que se dilucidaba la plaza en el selectivo fijado por la Real Federación Española de Piragüismo en la lámina de agua del embalse asturiano de Trasona. Una prueba en la que participaban los seis aspirantes a ocupar los asientos del K4 500 en la gran cita nipona.

El betanceiro, que ya había sido el mejor en los dos test internos previos sobre 400 metros de los integrantes del equipo nacional de kayak, ganó con rotunda autoridad la primera serie, disputada a las 9 de la mañana, con un tiempo de 35 segundos y 204 milésimas. Le sacó nada menos que 599 milésimas de segundo al catalán Saúl Craviotto (35,803), último bronce olímpico en el kayak corto masculino. El viveirense Cristian Toro marcó el tercer mejor crono, firmando 1,188 segundos más que Arévalo. Completaron la serie el zamorano Carlos Garrote en cuarto lugar, en 36,569 segundos (+1,365 del primero), el balear Marcus Cooper, en 36,797 (+1,593) y el cangués Rodrigo Germade, en 37,291 (+2,087).

En la segunda serie, disputada 1 hora y 45 minutos más tarde, Carlos Arévalo superó una mala salida, en la que arrastró ligeramente el cepo de sujeción, para imponerse de nuevo, esta vez en 34,643. Empleó 134 milésimas de segundo menos que Craviotto (34,777). En esta ocasión fue Carlos Garrote el tercero en cubrir los 200 metros, con un crono de 35,305 segundos (+0,662 segundos que Arévalo), seguido de Toro, en 35,446 (+0,803), Cooper, en 36,162 (+1,519) y Rodrigo Germade, en 36,269 (+1,626).

Supeditado al desenlace del K4

Sobre el papel, tanto Arévalo como Craviotto doblarán en Tokio en el K1 200 y en el K4 500, al permitirse por primera vez en los Juegos Olímpicos la participación de dos barcos del mismo país en las pruebas individuales. Dos embarcaciones entrelazadas en el proceso selectivo fijado por la Real Federación Española de Piragüismo. En el caso del kayak de equipo, con tres combinaciones posibles de la media docena de palistas enfrentados el jueves por el K1 200, con cada tripulación afrontando a partir de este viernes dos series contrarreloj de 500 metros repartidas en seis días diferentes. Una distribución que busca replicar en el embalse de Trasona condiciones meteorológicas similares en todas ellas. Arévalo y Craviotto son los únicos que figuran en las tres combinaciones, por lo que su plaza en el K4 es segura.

No obstante, la RFEP obliga a que la embarcación ganadora del selectivo le saque al menos 6 décimas al segundo mejor K4 para otorgarle la plaza en los Juegos. Y aún con ello, deberá dar muestras de tratarse de un barco fiable en la próxima lucha por las medallas olímpicas en su participación, a mediados de mayo, en la Copa del Mundo de Szeged, Hungría. De no conseguirse podio aquí, la Federación se reserva el derecho a abrir de nuevo la selección del cuarteto y el K1 200 con vistas a afinar al máximo sus opciones de medallas en Tokio.

«Es un empujón muy grande de cara a Tokio», dice el gallego

Visiblemente feliz, como es lógico, pero sin rastro de sorpresa en sus primeras declaraciones como K1 200 titular de España en los Juegos Olímpicos de Tokio. Carlos Arévalo comentaba poco después de su victoria en el primer selectivo nacional de esprint de la temporada que «ya llevaba mucho tiempo encontrándome muy bien, toda la pretemporada, y ya había ganado los dos test —internos— de 400» frente a sus mismos rivales. Solo faltaba, como había advertido en la víspera, refrendar sus sensaciones en el agua frente a sus compañeros de lucha también por el K4 500 olímpico.

«Salí muy fuerte en las dos pruebas y llegué muy entero», cuenta. Sobre la sensible caída de su ventaja sobre Saúl Craviotto en la segunda regata respecto a la primera, 134 milésimas frente a las 599 de su primer golpe de autoridad, el betanceiro desveló que «la segunda vez salí un poquito peor, porque arrastré un poquito el cepo» que sujeta a las embarcaciones hasta el pistoletazo de salida, por lo que le tocó recuperar metros durante la práctica totalidad de la serie de 200.

¿Qué supone para Carlos Arévalo hacerse con el K1 200 en la inminente próxima edición de los Juegos Olímpicos, en su poder salvo hecatombe en la Copa del Mundo de mayo? «Un empujón muy grande de cara a Tokio», contesta, para advertir que, con todo, «lo más importante sigue siendo hacer el K4» sobre el que pivotan los grandes sueños de los rectores del piragüismo español.

El K4 500 vive la primera de sus seis jornadas de criba

Tres combinaciones posibles y dos mangas contrarreloj para cada una de ellas repartidas en seis días diferentes. Este es el sistema con el que desde este viernes se enfrentan los seis aspirantes a ocupar los cuatro asientos del K4 500 que luchará por una ansiada medalla para España en los Juegos de Tokio.

Craviotto, Garrote y los gallegos Arévalo y Toro serán los primeros en medirse contra el reloj en el embalse de Trasona, presumiblemente a las nueve de la mañana. Si las condiciones climatológicas lo permiten, las cinco tiradas restantes de las tres tripulaciones alternativas se harán entre el sábado, domingo y el martes y jueves de la próxima semana.