Democracia plena, ¿es necesario?

DEPORTES

01 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Desde cuándo se empezó a votar por absolutamente todo? Tu experiencia en el restaurante, la atención en el centro comercial o las imágenes que quieres que pongan en el debate de la Isla de las Tentaciones. En serio, sobredosis de democracia. No digo que no sea divertido que un patrocinador obligue a un club a preguntar a sus aficionados —mosqueados porque su equipo no gana ni a las chapas— por cuál ha sido el jugador estrella de tal mes. Tiene su punto, pero es innecesario. En el deporte, entre los derechos constitucionales o ganar, la gente suele elegir el III Reich.

Supongo que la obsesión por la democracia en vena, por bombardear a preguntas sobre si te parecen bien o no cosas que en realidad te dan igual, viene por aquello de explotar las posibilidades de Internet. Hacer partícipe a la audiencia. No es cuestión a estas alturas de oponerse al sufragio universal pero, ¿siempre es relevante lo que opine el personal?

Los americanos, los más listos y principales exportadores de democracia del planeta, fueron pioneros llamando al mundo a que participase en las votaciones para elegir a los equipos del All-Star. Los chinos les hicieron comerse a Yao Ming en siete ediciones consecutivas. ¿Acaso no vio venir la NBA las ganas que tenían los chinos de unas elecciones a algo?

Lo de votar se fue poniendo de moda y ahora en la fórmula E, que es una competición de coches eléctricos, existe el fanboost. El fanboost consiste en un aumento de potencia para cinco pilotos de la parrilla durante la carrera —para que vayan «como un pepino»— y a esos cinco pilotos, los popus, los eligen los aficionados. Sean quienes sean los que siguen la fórmula E. En esta disciplina además de ser rápido se ve que conviene ser majete y dar likes a las respuestas de la hinchada en tus publicaciones.