Aslan Karatsev: mano gallega en la sensación del Open de Australia

DEPORTES

DPA vía Europa Press

El vigués Alberto López modeló al ruso, el jugador con ránking más bajo en acceder a las semifinales en Melbourne Park desde Patrick McEnroe

17 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es como todos los rusos, dice Djokovic. Pero claro, el serbio no vio jugar a Aslan Karatsev (Vladikavkaz, 1993). En realidad, casi nadie lo vio jugar. Al menos, al nivel al que lo está haciendo este león del Cáucaso. Y es que Aslan lleva el mismo nombre que C. S. Lewis le dio al mitológico felino protagonista de Las crónicas de Narnia, casi cuarenta años antes de que la sensación del Open de Australia naciese a menos de doscientos kilómetros de Tiflis, la capital de Georgia.

Allí estaba su familia, de origen judío, en ese momento. Pero no fue allí, ni en Israel (a pesar de que fue campeón nacional con solo doce años) donde Aslan Karatsev forjó su carrera, sino en la academia Bruguera (propiedad de Luis, el padre de Sergi, ambos tenistas renombrados, en su momento) donde un gallego, el vigués Alberto López (también exentrenador de Garbiñe Muguruza y extécnico de la Federación Gallega de Tenis) impartía su conocimiento a las jóvenes promesas con aspiraciones de alta competición, antes de centrarse en labores organizativas dentro de la escuela.

Fue un momento decisivo y de estabilidad en la ajetreada trayectoria de un Karatsev que acaba de firmar una gesta: convertirse en el primer debutante que accede a las semifinales de un grand slam en los últimos cincuenta años, es decir, en toda la era Open. Y apenas cuatro tenistas habían llegado tan lejos desde una previa (John McEnroe, Dewulf, Voltchkov y Giltinan, el último que lo logró en Australia, en 1977). Aparte, es el jugador de menor ránking en dos décadas que ha avanzado tanto (es el 114.º del mundo e Ivanisevic era el 125.º cuando ganó Wimbledon en el año 2001; contando solo el Open de Australia, Patrick McEnroe, hermano de John, fue el último que lo hizo, en el año 1991).

Enfrente tendrá al número 1 del mundo, Novak Djokovic. El partido será mañana, en horario por definir.

Las estadísticas refuerzan el momento histórico que vive este deportista, que apenas había ganado cinco partidos ATP en toda su vida, pero que se presentó en Melbourne como campeón de la ATP Cup (con su selección). Además de su paso por España, deambuló por Alemania y Bielorrusia, pero, al parecer, fue el parón obligado por la pandemia y la reclusión en casa de su padre lo que centró su carrera hasta el punto de regresar a la actividad como un hombre nuevo. Tan solo unos partidos de rodaje en Estados Unidos y Aslan Karatsev volvió a recordar a su tocayo, el león.

Sus puntos fuertes

De modo que Djokovic puede que no haya oído hablar de él y que piense que es como todos los rusos, pero no le vendría mal estudiar sus puntos fuertes, como el saque de forma habitual por encima de los doscientos kilómetros por hora, y la capacidad de concentrarse más cuanto peor le van las cosas en el desarrollo del partido. Eso sí, una de las razones por las que no ha despuntado hasta ahora es, según sus propias palabras, la presión a la que se sometía durante la temporada. Por eso, cree que el parón debido a la pandemia le ha sentado bien y le ha servido para mejorar físicamente, y templar los nervios.

Además, decidió reflexionar acerca de su incursión profesional en un deporte que no le estaba sacando de las penurias económicas que habían sufrido en los últimos tiempos tanto él como su familia.

Sin embargo, este sorprendente avance en el Open de Australia también podría resolver ese problema, ya que haber accedido a las semifinales le proporcionará unos ingresos de unos 550.000 euros, más de lo que ha ganado en los diez años de carrera profesional.

«Estoy muy sorprendido», aseguró

«Habría sonreído si alguien me hubiera dicho que llegaría a las semifinales. Estoy muy sorprendido de estar aquí, he hecho mucho trabajo antes, así que sigo jugando cada partido», dijo Karatsev.

El jugador ruso es consciente de que el trabajo realizado con sus compatriotas Daniil Medvedev y Andrey Rublev antes del torneo en la Copa ATP ha sido fundamental.

«Los entrenamientos con ellos y el ambiente que se respiraba me dieron algo de confianza para empezar el Abierto de Australia», comentó.

El ruso ha brillado por su gran capacidad para mantener la concentración en los momentos difíciles, especialmente en su partido contra el canadiense Felix Auger Aliassime. «Me sentí bien cuando entré a la cancha, le quebré inmediatamente y luego, de alguna manera, me aceleré un poco y no pude encontrar la manera de jugar. Luego me calmé y le dejé jugar para ver qué pasaba. Al principio intenté hacer algo especial y buscar algunos golpes ganadores», analizó.