El ocaso de Sergio Ramos

DEPORTES

JUAN MEDINA

06 feb 2021 . Actualizado a las 22:58 h.

Los focos han comenzado a apagarse para Sergio Ramos, al que el Madrid primero y la rodilla después le han dado la espalda. El central acaba contrato el 30 de junio y su renovación sigue en el aire. En una partida de cartas entre viejos tahúres, con la baraja marcada y en medio de un ensordecedor ruido mediático, al parecer el jugador no acepta el contrato que los blancos supuestamente le ofrecen con una rebaja del 10 % en su sueldo de 12 millones de euros. Quiere seguir siendo el único gallo del corral, llegue Mbappé, o la próxima estrella polar. Los rumores de una multimillonaria oferta del PSG tampoco han surtido el efecto de otras ocasiones. Indudablemente, no le va a ayudar la operación de menisco de ayer, en la que se puso en las sabias manos del gallego Manuel Leyes. Este, que se sepa, arregla rodillas, pero no quita años del carné.

Sin embargo, a Ramos el fútbol le sigue dando la razón. En la era posterior a Cristiano, nadie como él ha asumido el liderazgo de un Madrid de plastilina en las grandes citas y que da vergüenza ajena en las menores. Como la de este sábado, cuando contra el colista Huesca se libró de una goleada y solo remontó a la desesperada. Las filtraciones sobre el fichaje del defensa del Bayern Alaba, más joven, tan fornido y contrastado, hablan sin rodeos sobre las intenciones de un club que no conoce ocasos dulces, sino triunfos imprescindibles. Ni siquiera Piqué, veterano excompañero de hazañas en la selección y quien en el vestuario del Barça se cambia al lado de un Messi que también arranca las últimas hojas de su particular calendario, ha salido a defenderlo.

A Sergio Ramos solo le queda seguir viendo los partidos por la tele, mientras confía en recuperarse a tiempo y enmendar la sonrojante temporada madridista. A punto de cumplir 35 años y con una trayectoria de leyenda a sus espaldas, el defensa está en su derecho de negarse a subir a la buhardilla de los muebles carísimos e inservibles.