El CGTD endurece las medidas para ser una burbuja para la élite

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

RAMON LEIRO

Solo entrenan los becados, los de carrera olímpica o que van a pruebas nacionales

28 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD) es una burbuja desde que comenzaron la actividad el pasado mes de septiembre, pero las restricciones marcadas por la Xunta lo han blindado aún más para preservar la salud de los deportistas. En cuanto el pasado lunes, el presidente de la Xunta, Núñez Feijoo, anunció que las restricciones entraban en vigor el miércoles, las federaciones y la Secretaria Xeral para o Deporte mantuvieron reuniones para determinar donde estaba el límite en el caso de los deportistas del CGTD. Su director, Jesús López, señaló ayer que las instalaciones están cerradas y solo podrán entrenar los que tengan competiciones nacionales fijadas en el calendario durante las próximas cuatro o cinco semanas. «Dejaremos entrenar a los deportistas que están en la carrera olímpica y a los becados, así como a los de alto nivel y los que tengan pruebas nacionales a la vista», apunta el responsable del CGTD, que reconoce que hasta ahora podían entrenar en el centro deportistas cuyo club compitiese a nivel nacional y las categorías inferiores. Eso quedará ahora suspendido y muchos deportistas de clubes de atletismo, voley o incluso lucha, tendrán que aplazar su preparación.

El Arxil sí que podrá seguir entrenando en sus instalaciones al participar en una competición nacional, pero no lo podrá seguir haciendo el Vóley Pontevedra ni los deportistas de menos de 14 años. En este caso puede haber excepciones si tienen fijada alguna prueba en el calendario nacional.

Desde que empezó el curso, el CGTD apenas ha tenido casos de contagios entre el personal y los deportistas. El único que ha trascendido es uno en lucha, que obligó a tener aislado a parte del equipo, entre el que se encontraba Lydia Pérez, después de una concentración con la selección en Sierra Nevada. «A la vuelta de las vacaciones de Navidad hicimos PCR a todos, fueron cerca de 400 pruebas y solo salió un positivo», señala López.

Desde el principio han tenido un protocolo muy exigente para detectar cualquier posible brote en los primeros contagios. Todos los becados se someten a cribados cada 15 días para descartar la enfermedad y los deportistas viven, comen, descansan y entrenan en grupos burbuja inamovibles sin el permiso de la dirección del centro. «Hacemos cribados cada dos semanas y a cada sección se le hace un test. Una semana se coge a la mitad de una sección y la siguiente al otro. A quienes comparten habitación se les hace por separado para evitar que se pueda propagar», comenta Jesús López, que reconoce que todos los deportistas becados (104 en tecnificación y 68 en rendimiento) está teniendo un comportamiento «ejemplar», aunque ha costado que se cumplan las normas durante las 24 horas del día. Y es que las burbujas no se pueden juntar entre ellas ni en el tiempo de ocio.

Además de este exhaustivo control, han tenido que acortar los entrenamientos para que quede media hora entre una sesión y la siguiente para desinfectar las instalaciones. Los deportistas tendrán que entrenar con mascarillas y las zapatillas con las que juegan tendrán que ir en la mano después de la desinfección de pies y manos. En la piscina han habilitado dos zonas para que cuando un grupo entra en la parte A, por ejemplo, el otro deja libre la B y retire sus materiales de ella para evitar que entren en contacto. Las líneas verdes de entrada y las rojas de salida marcan por todas las instalaciones cómo cumplir las normas.