Abdou Thiam: «La gente me dice que tengo que ser más fuerte»

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Básquet Coruña

El senegalés, que está listo para reaparecer hoy en Melilla tras su lesión, trabaja todos los días en aumentar su musculatura

29 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La afición coruñesa comenzaba a acostumbrarse a ver a Abdou Thiam vestido de paisano en la banda del Palacio, la indumentaria y el lugar que les corresponde a los caídos en combate. Él y Mouha Barro —lesionado de gravedad ante el Valladolid— se han cansado de ver los toros desde la barrera. Entre los dos, no llegan a la media hora de juego esta temporada. «Es un poco triste. Los dos allí, viendo los partidos. Todo en lo que pensaba era en que necesitaba estar en la pista. Lo echaba de menos», explica el pívot senegalés, que ahora dejará a su compatriota solo. Se rompe la pareja, pero es una buena noticia. Thiam está de vuelta.

«Estoy listo para ir con el equipo. Estoy recuperado. Llevo dos meses y medio sin jugar, pero me siento preparado. Ya son tres semanas entrenando con el grupo», anuncia el jugador, que viajó a Melilla a la espera de una oportunidad en el partido de esta tarde (19 horas, LaLigaSportsTV).

Atrás queda un pequeño calvario que empezó en pretemporada. Un dolor en el gemelo que le impidió estar sobre el parqué hasta el partido ante el Burgos del pasado 10 de noviembre. En El Plantío se pudo vestir por fin de corto. Luz al final del túnel, con un debut ilusionante en su segunda temporada en el equipo: 11 puntos y 2 rebotes en 12 minutos de juego. Un oasis, porque unos días después de aquel duelo el club anunció su recaída. «Yo nunca había pasado por algo así», explica Thiam que, a la fuerza, ha fraguado una muy buena relación con los fisios y médicos del club.

Progresión constante

Cuando llegó a Betanzos como promesa de cantera del Santo Domingo, su aspecto era preocupante. Venía de un supuesto campus de promesas en Canarias que en la práctica fue un infierno. Recluido en un piso del que solo salía para entrenar, recibía una única comida al día. Tenía anemia y su índice de masa corporal estaba por debajo de los mínimos recomendables.

Desde su fichaje por el Básquet Coruña en junio del 2019, trabaja de manera constante en potenciar su musculatura. Y no es difícil percibir ese cambio. Lo nota el espectador y el propio Thiam, que deja escapar una risa tímida cuando se le pregunta de dónde ha sacado ese brazo. «Estoy entrenando con Gus [Gus Gago, preparador físico del equipo]. Trabajando muy duro. Todos los días. Busco ser más fuerte porque toda la gente dice que me falta ser más fuerte», comenta. Se lo ha tomado en serio.

Se siente afortunado por competir con «jugadores más duros e inteligentes»

No se trata de hedonismo, sino de competición. El baloncesto ya no es aquel deporte en el que un jugador espigado podía suplir con técnica la falta de potencia. Hoy la élite lo requiere todo y Abdou Thiam tiene el ejemplo en casa. Gary McGhee, pívot titular del Leyma Coruña, es una mole de 2 metros y 10 centímetros que, según su agencia de representación, pesa 114 kilos. Con ese cuerpo tiene que batirse Thiam cada día en los entrenamientos. Alguno en su posición vería esta rutina como una pesadilla, pero él está encantado: «Desde EBA a LEB Oro es un salto grande. En LEB Oro hay jugadores más duros y más inteligentes, que acumulan mucha experiencia. Si juego con jugadores más fuertes y con más inteligencia, todos esos que han estado en ACB o que llevan muchos años en la categoría, me ayuda. En ese sentido tengo mucha suerte».

Thiam vuelve a reírse cuando le preguntan por esas sesiones de uno contra uno ante McGhee. «Está fortísimo», se limita a decir entre risas.

Su recuperación coincide con el adiós de Justin Raffington del equipo. «Es un poco triste. Justin es un buen tío y un muy buen jugador. Aquí estuvo muy bien. Le deseo todo lo mejor», comenta. El alemán, ya nuevo jugador del Palma, no renovó en A Coruña y deja su hueco en la rotación a la que es una apuesta de futuro del club. Thiam dice sentir la confianza en él y es consciente que debe responder.