El duelo no comenzó de forma plácida para los Lakers, muy ofuscados en ataque y que veían como un exjugador suyo, Brandon Ingram, salía dispuesto a comerse la cancha.
El alero anotó 8 puntos en el primer parcial para darle a los visitantes una ventaja cómoda (20-28).
Mientras los Lakers seguían buscando su puntería (29 % de tiros en el primer cuarto), Ingram continuaba a lo suyo y además recibía el apoyo de un Williamson sobrado de potencia en la zona para animar las esperanzas de los Pelicans (30-45 en el ecuador del segundo cuarto).