El 6-0 ante Alemania eleva las expectativas del renovado combinado de Luis Enrique para una Eurocopa con las sedes y el público todavía en el aire
04 ene 2021 . Actualizado a las 12:36 h.Clasificada de forma brillante hace más de un año para la Eurocopa, todavía con Robert Moreno en el banquillo, la rejuvenecida España de Luis Enrique afronta el gran reto del 2021 con el objetivo de ratificar su excelente papel en la Liga de Naciones, cuya final four se celebrará en octubre, y poder pelear por el gran título europeo. Volver a ilusionar a la afición deprimida y mitigar el mal recuerdo de las últimas pesadillas sufridas en la Eurocopa de Francia y el Mundial de Rusia son dos retos obligados.
A día de hoy, la selección de todos está pletórica tras el histórico set en blanco que le endosó a Alemania en La Cartuja de Sevilla, pero aún con dudas. Sobre todo en la portería, donde Unai Simón se ha situado incluso por delante de David de Gea y Kepa Arrizabalaga, y en el puesto de ariete, si bien Álvaro Morata ha golpeado a la puerta con sus actuaciones en el Juventus y en la última ventana internacional. Peor aún sucede con el céltico Iago Aspas, el mejor goleador y asistente español, al que el seleccionador ningunea desde hace tiempo. Otra ausencia clamorosa es la del lateral del Leipzig Angeliño, en el 2020 el carrilero relevación del fútbol europeo.
Según Luis Enrique, el hecho de no disponer de un once tipo y poder elegir en un grupo de unos 35 jugadores supone una ventaja. Y la incertidumbre por la evolución del coronavirus, no distingue entre favoritos, outsiders o comparsas.
La aparición del covid-19 chocó de golpe en la primavera del 2020 con los planes de todas las organizaciones. Las aglomeraciones se habían acabado. La vida cambiaba. El fútbol no era una excepción y la UEFA actuó con firmeza. Al igual que ocurría con los Juegos de Tokio, el organismo rector del fútbol europeo se veía obligado a cambiar la fecha de la Eurocopa. Su inicio no sería el 11 de junio del 2020, sino en el 2021. No había más remedio.
El 17 marzo, cuando la pandemia no había hecho más que empezar, Aleksander Ceferin, mandamás de la UEFA, confirmaba la peor noticia posible: «No se puede celebrar un festival paneuropeo de fútbol en estadios vacíos, con zonas abandonadas, mientras el continente se sienta en casa aislado. No podemos festejar así el 60 aniversario de la competición». Así dejaba espacio, además, para que las ligas y las competiciones europeas de clubes finalizasen sus torneos.
Formato multisede
Casi ocho meses después y con la pandemia azotando de nuevo a Europa, se mantienen ciertas dudas sobre cómo disputar el torneo cuyo palmarés lideran España y Alemania con tres títulos. El campeonato tiene en el formato multisede, aprobado todavía bajo el mandato de Michel Platini en el 2013, su sello de distinción. Londres, Bilbao, Múnich, Bakú, Roma, Copenhague, Budapest, Glasgow, Dublín, Ámsterdam, Bucarest y San Petersburgo son, en principio, las 12 ciudades anfitrionas de una Eurocopa con inicio en el Olímpico de la capital italiana y semifinales y final en Wembley.
El avance reciente del coronavirus aumenta las dudas sobre si se podría disputar la Eurocopa en tan revolucionario formato. La UEFA dejó claro que su intención era mantener todas y cada una de las sedes. Pero dejó la puerta abierta a modificarlas por el covid-19. «Podríamos hacer una Eurocopa en 11, 5 o en un solo país en lugar de en 12», explicó Ceferin sin despejar las incógnitas.
Rebrotes y vacuna
Con el fútbol profesional a pleno rendimiento, la UEFA ya dispone de alguna que otra buena noticia. Sobre todo, la de la puesta en marcha de la ansiada vacuna. Los avances científicos han abierto la puerta a la presencia de aficionados en las gradas, una de las cuestiones más importantes del torneo. En la UEFA trabajan con la hipótesis de que haya público, aunque todavía está por ver en qué cantidad, con qué protocolos, y si todo dependerá de las autoridades locales o nacionales de cada territorio.
Definido el cartel final del campeonato
Desde la propagación de la pandemia y el confinamiento de media Europa a partir de marzo, la UEFA ha tomado diferentes actitudes con respecto a la vuelta de seguidores a las gradas. El primer paso fue la Supercopa de Europa entre el Sevilla y el Bayern. Se disputó en Budapest y con 3.000 entradas repartidas a cada equipo. El aforo era extremadamente reducido. Tras el aumento de contagios y el miedo de Hungría a recibir aficionados que portasen el virus, se obligó a todos los hinchas a entregar una PCR negativa. El 30% del aforo permitido por la UEFA en sus torneos de clubes, autorizado también por varios países, podría servir de guía en la Eurocopa, aunque todo está aún en el aire.
Pese a las enormes dificultades latentes, el cásting para completar el cartel del torneo está cerrado. Se detuvo la obra en primavera pero el otoño la ha devuelto a la cartelera. Macedonia del Norte, Hungría, Eslovaquia, último rival de España en el grupo E junto a Polonia y Suecia, y Escocia, pasaron por la taquilla de la repesca comprando los últimos cuatro billetes. 24 combinados buscarán arrebatarle a Portugal y a Cristiano la corona que lucen desde el 2016. Todas las grandes selecciones estarán en una Eurocopa que contará con dos debutantes, Finlandia y Macedonia del Norte, a priori dos peritas en dulce. A título individual, no obstante, sí habrá grandes ausencias: los noruegos Martin Odegaard y Erling Haaland, el portero esloveno Jan Oblak, los bosnios Edin Dzeko y Miralem Pjanic o el serbio Luka Jovic, sin cuajar en el Real Madrid pero indiscutible en su selección.