Buena gente que llama por teléfono

DEPORTES

ALBERTO LINGRIA | REUTERS

04 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Paradójicamente, la era de los teléfonos móviles se caracteriza porque cada vez usamos menos el teléfono. Al menos de la forma tradicional. Mucho chat, y poco descolgar el aparato. De hecho, los verbos «colgar» y «descolgar» ya no tienen sentido. Llamar por teléfono es un elemento esencial del periodismo que está en vías de extinción. Un periodista no debe ser en un vareador de Google.

Casi diría que hay miedo al teléfono. He visto situaciones en las que, para pedir comida a domicilio, los integrantes de un grupo sortean a quién le toca. Como cuando en Armaggedon Ben Affleck saca la pajita más corta y le toca quedarse en el meteorito para activar manualmente la bomba y salvar a la Tierra. Ahora ya ni siquiera hace falta llamar para pedir una pizza.

Lo de no descolgar el teléfono salvo que no quede otra es un fenómeno creciente desde hará unos 25 años. Una tendencia para la que la gente mayor es asintomática. Tras publicar este periódico la noticia de que Gattuso padecía miastenia, llamó a la redacción una persona preocupada por el exjugador del Milan. Dejó su contacto para que la llamasen.

Lo esperable en estos casos es que el que marca el teléfono de un medio de comunicación quiera compartir un testimonio. Pero no. La mujer al otro lado del teléfono solo llamaba para que, desde este periódico, nos pusiésemos en contacto con Gattuso para darle la información del medicamento que había mejorado la calidad de vida de su marido. Insistió en que no debería ser difícil localizarle ya que teníamos todas sus señas. Agradeció la atención y, con su mensaje transmitido, se despidió quedándose tranquila. En el Nápoles recibieron un e-mail.