¿Dónde están los herederos del Barça?

DEPORTES

ALBERT GEA

08 dic 2020 . Actualizado a las 22:57 h.

En un partido con olor a cementerio de elefantes, el dúo formado por Cristiano y Buffon no encontró la mínima contestación en el que componen Messi y Alba. Esta Vecchia Signora con su receta eterna y conocida no necesitó ni una hora para alcanzar el objetivo que perseguía: herir la moral de un rival directo con un 0-3 que le permitiese acabar la fase de grupos como primer clasificado. El tono escarlata del rostro de Koeman lo explicaba todo y sus decisiones lo delataban. A la media hora mandó calentar a Braithwaite (el gigante llegado el pasado curso del Leganés sustituyó al descanso a un tal Trincão) y, tras el sonrojante tercer gol turinés, apenas acertó a cambiar a los dos azulgranas amonestados, pero no se acordó del chico de los 150 millones, el brasileño Coutinho. El Barça aspiraba a una dulce transición, a la espera de si se queda o se va el que fue y sigue siendo su mejor futbolista, pero la imagen de anoche se convirtió en la de una crisis en toda regla.

El debate no está en si Cristiano es ahora mejor que Messi, sino en quiénes toman los testigos de dos extraordinarios futbolistas que ya han jugado los mejores partidos de sus vidas. Por lo visto en el Camp Nou nadie se da por aludido entre los rutilantes compañeros del argentino. Ni el guadiana Griezmann ni el insustancial De Jong dejaron más que detalles de las grandes cualidades y los fenomenales contratos que disfrutan. Tampoco nadie hace sombra a Cristiano bajo las órdenes de Pirlo, aparentemente muerto de frío en el banquillo de al lado, pese a que su equipo no dejó ni un instante de aliento a los azulgrana. Al menos la intensidad y el físico de los Morata, Ramsey o Cuadrado remueven el caldo de una Juve que anoche infligió al Barça un palo en toda regla. Solo hay algo peor que armar un futuro incierto: sufrir un presente para olvidar.