Jesús Ramos: «Son solo tres puntos, pero sabemos la importancia de ganarle al Dépor»

DEPORTES

Ramón Leiro

Al técnico le gustaría ver un partido similar al que jugaron en pretemporada

04 dic 2020 . Actualizado a las 20:06 h.

Jesús Ramos (Bilbao, 1983) pone calma antes de un partido que decidirá el liderato del grupo. El entrenador del Pontevedra reconoce que la motivación de jugar ante el Deportivo tiene fuerza por si sola en el vestuario. No hace falta más. Pero advierte de que sea cual sea el resultado «no marcará el devenir de la competición».

—El Pontevedra no conoce la derrota desde que cogió el equipo, ¿nota la puede la presión de no haber perdido nunca?

—No, esto es deporte y siempre sales a ganar, por el momento nos sale bastante bien y estamos consiguiendo buenos resultados, pero presión, ninguna. Sabemos que haciendo bien las cosas también llegan las derrotas, solo esperamos que no sea ante el Deportivo.

—Es el partido de la jornada, pero ¿es el más importante del año?

—Sí, cara al exterior jugar contra el Deportivo, que es un equipo de mayor categoría por plantilla, presupuesto, ciudad y el mejor del grupo, y nosotros, el segundo por mérito, puede parecerlo, pero no creo que este partido vaya a decidir el devenir de la competición. Es importante, pero es igual de importante que el próximo contra el Coruxo.

—¿No cree que el resultado marque un punto de inflexión en la competición?

—No lo creo, si nos ganan tendrán una franja de cinco puntos y si lo hacemos nosotros será de un punto, pero todavía quedan cuatro o cinco jornadas para que los resultados marquen el futuro.

—Será la mejor defensa contra el equipo más goleador, con una media de 1,7 tantos por partido.

—Sí, eso son estadísticas y como tal están para romperlas. Esperemos que se vea un gran partido y podamos generar las máximas ocasiones posibles, después veremos si se impone su juego de control o el nuestro. Ellos tienen un equipo muy sólido apuntalado en el juego colectivo al que es difícil meterle mano en ese aspecto. Si es capaz de ponerse por delante en el marcador aún es más complicado porque tienen mucha calidad. Despliegan muchas formas de hacer daño y se basan en esa solidez defensiva de jugadores con mucho talento.

—¿Dónde cree, entonces, que estará la clave del partido?

—Debemos tener mucho control y concentración. En la faceta ofensiva hay que estar muy atentos porque el Deportivo tiene hombres de calidad que pueden ser peligrosos al contragolpe. Va a ser complicado ese juego directo y vertical por su rapidez.

—¿Espera un partido similar al que se vio en Pasarón en pretemporada?

—Me gustaría que fuese parecido porque fue un partido del que salimos con muy buenas sensaciones. Es cierto que no se puede valorar al 100 % por la multitud de cambios.

—Pierde a Romay, un ex deportivista y pieza fundamental de su once.

—Es un jugador formado en al cantera del Deportivo, que estaba muy motivado para jugar, pero además es una pieza importante en nuestro modelo, tanto por su juego, como por el carisma que tiene.

—Le obligará a hacer cambios en la medular. ¿Imanol y Borja se volverán a ver en el centro del campo?

—Tenemos a ellos, pero también a Cruz, que nos pueden hacer esa función. Contamos con cuatro perfiles de medios centro y cada uno es diferente.

—El rival lo tiene muy analizado, pero ¿cuáles son las debilidades del Pontevedra?

—No creo que tengamos ningún error grosero, el equipo es valiente, le gusta defender en campo contrario con la presión muy alta y eso es mucho más difícil que hacerlo en bloque. Nuestro ADN es ese, saber que tenemos que apretar arriba y ser muy verticales. No tenemos deficiencias graves.

—Se resalta la ofensiva granate, pero ¿el Pontevedra es más que Rufo y Charles?

—Sabemos que son las puntas de nuestras lanzas, piezas clave en nuestro modelo ofensivo, los que tienen que finalizar, pero también provocan que los centrales se fijen en ellos para que los jugadores de segundas líneas o exteriores puedan hacer daño.

—¿Está viendo el Pontevedra que quería?

—No, todavía tiene que crecer su modelo de juego. Nos quedan picos que escalar.

—¿Qué le ha dicho a los jugadores en este último entrenamiento?

—Sabiendo de la importancia de jugar un primero contra un segundo, aunque no son mas de tres puntos, son partidos en los que poco hay que decir. Todos sabemos la importancia de jugar con el Dépor. Están súper enchufados y motivados.

«El pilar de un buen grupo es que las relaciones sean buenas, así llegan los resultados»

 

Al técnico granate no le gustan las estadísticas, a pesar de que en su caso solo son positivas. Firma el mejor inicio de los últimos 50 años, pero prefiere hablar del trabajo colectivo como la clave del éxito. Dirigió la cantera del Pontevedra mientras era la sombra de Luismi y Pouso. La destitución de ambos le dio la interinidad y su carisma le otorgó este año la plaza fija.

—Siempre recuerda que usted es «un hombre de la casa».

—Me llegó la oportunidad de ser director de la cantera y no lo dudé. En el momento que Luismi necesitó un ayudante, estuve ahí, y cuando las cosas no iban bien con él me pusieron a mí y aproveché la oportunidad. Soy un técnico agresivo e intenso, pero tengo buen trato y soy cercano al futbolista. Intento crear buen ambiente para tener un vestuario cordial. El ganar y conseguir puntos te da crédito en ese aspecto.

—Cuando le tocó relevar a Luismi y a Carlos Pouso recalcó la importancia de trabajar el aspecto psicológico, ¿lo sigue trabajando a diario?

—Los pilares de un buen colectivo están en que las relaciones sean buenas para que lleguen los resultados. Ahí el aspecto psicológico es tan importante como el táctico.

—¿Les ha enseñado a creer?

—Desde el primer día el mensaje fue claro. Tenemos un objetivo final por historia, inversión y porque el próximo año se crea una nueva categoría y hay que hacer un fútbol que nos dé resultados. Creo que lo estamos teniendo, pero solo llevamos un tercio de la primera fase.

—Es un tercio, pero es el mejor inicio de los últimos 50 años. ¿Qué parte de responsabilidad tiene de este logro?

—La misma que la de los futbolistas, sin ellos no soy nadie. A mí los halagos individuales no me importan, solo valen los colectivos.